La dignidad nacional nunca había sido vendida de manera tan vergonzosa.
El secretario socialista en Guipúzcoa, Miguel Buen, ha declarado a El Diario Vasco que “si a mí me dicen que un 75% de los ciudadanos vascos quiere la independencia, mucho me temo que por mucho que me oponga, el País Vasco conseguirá la independencia”. Bajo el frívolo enunciado de esta aparente obviedad se manifiesta, nada menos, que el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Lamentable dislate que parece olvidar algo trascendental, a saber: que el sujeto de la soberanía, aquí, no es el “ámbito vasco de decisión”, sino el pueblo español en su conjunto. No contento con eso, Buen añade que no considera necesario que Batasuna condene el terrorismo para que sea un partido legal: “Yo no tengo que condenar la violencia porque doy por supuesto que juego en democracia”. Y para completar la vergonzosa humillación del socialismo vasco ante los terroristas, este señor concede que el País Vasco y Navarra podrían formar una “eurorregión”. Estas declaraciones se comentan por sí solas. Es absolutamente increíble que la desesperación socialista por salvar su absurdo “proceso de paz” pueda llegar a tales extremos, pero esto es lo que hay: ya no saben qué hacer para comunicar a ETA la disposición del Gobierno a rebajarse hasta donde haga falta. La dignidad nacional nunca había sido vendida de manera tan vergonzosa.