¿Habrá obrado un milagro la proximidad de las elecciones generales?


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6 banderas españolas 6 rodearon la penúltima comparecencia del presidente Rodríguez, de repente, patriota convencido. En vísperas de elecciones parece que la Nación deja de ser “un concepto discutido y discutible”. También le hemos oído defender el “patriotismo de las obras públicas” o, ayer mismo en la SER, arremeter contra la oposición por sus críticas a la situación económica, que son, según criterio presidencial, “alarmistas y poco patrióticas”.

Aquel a quien la palabra “Patria” le sonaba igual en el caso de la “catalana, vasca, gallega o española” no ha dudado en reinventar un concepto, sui géneris, de patriotismo español fundado en trenes apresuradamente inaugurados y en una supuesta lealtad al gobierno consistente en callar lo que no cuadra con la imagen triunfalista de la economía española que quiere trasmitir y que se cae, por momentos, por mor de la inflación, del euribor y el maltrecho bolsillo de sus gobernados.

¿Habrá obrado un milagro la proximidad de las elecciones generales?

Si es por ver, hasta hemos visto cómo el gobierno presidido por un tipo que decía “estar en contra de toda clase de violencia” se afana en justificar las costillas rotas de un asesino etarra (a los que hace bien poco se consideraba “interlocutores del proceso de paz”). O al inefable y embustero patológico de Bono, ex ministro de defensa, famoso, entre otras cosas, por decir que “prefería morir a matar”, salirnos ahora con que “si tiene que haber bajas, que sean de ellos y no de los nuestros”.

Ante semejante doblez, cuesta no ser incrédulo y aún cuesta más creer en creyentes. Porque todas las oportunidades que tuvo Zapatero y su gobierno de mostrar su patriotismo acabaron en un desaire a la Nación: las reformas estatutarias, la paralización del trasvase del Ebro, el diálogo con asesinos separatistas, la legalización de partidos proetarras, el pacto con partidos secesionistas, los insultos a las víctimas del terrorismo… aquí tuvo Zapatero su oportunidad. No ahora, cuando en vísperas de legislativas y tras el fracaso de su política de apaciguamiento del terrorismo a base de concesiones al separatismo, el PSOE ve peligrar la victoria electoral y pretenden convencernos, aunque con trampa, de que son capaces de hacer lo contrario de lo que hicieron. Como cantaba Sabina: “Ahora es demasiado tarde, princesa”.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA