Es innegable que pocas instituciones representan mejor, con más eficacia, en el interior y en el exterior, a la Nación española.

Una vez más, con ocasión del cumpleaños de Su Majestad, el apoyo mayoritario que los españoles dan a la monarquía se ha hecho palmariamente manifiesto de nuevo a través del hecho de que ninguno (o casi) de los 450 invitados representantes de las altas instituciones del Estado decidiera perdérsela. El caso más llamativo es el del “leal” Ibarreche quien, recordemos, tiene previsto llevar a cabo una consulta sobre la autodeterminación para este mismo año (sin embargo el ex lehendakari Ardanza no vino). No sólo aceptó la invitación a la fiesta del cumpleaños del Rey de España en su calidad de legítimo representante, sino que a instancias del protocolo -suponemos- se sentó a la izquierda del Heredero de la Corona, a cuya derecha tenía a la Vicepresidenta Fernández de la Vega, configurando de ese modo una hipotética imagen de «normalidad» monárquico-constitucional (el Príncipe de Asturias, sostenido por socialistas, a su derecha, y secesionistas, a su izquierda). Para más inri, llegado el momento, parece que tampoco tuvo el lehendakari ningún escrúpulo en brindar por España (lo que atestigua el Presidente de Cantabria). Lo que sobretodo nos interesa destacar de esta anécdota es que también se comprueba una vez más el enorme respeto que inspira la figura del Rey de España: ante el Monarca, cara a cara, Chávez se calla y hasta Ibarreche brinda por España.
Es sabido que los ataques recibidos por la Corona de algunos sectores republicanos son en su mayor parte provenientes de los mismos que trabajan por la destrucción de España y su orden constitucional. Igualmente, nadie puede poner en duda que el enorme y afectuoso apoyo que el Rey recibe por parte del pueblo español se debe a la confianza que se deposita en él como garantía de la unidad de España y de su futuro. Así pues, es innegable que pocas instituciones representan mejor, con más eficacia, en el interior y en el exterior, a la Nación española. Pero lo que sobre todo no se puede negar es que la Nación española es la fuente verdadera de la que mana el respeto que inspira la figura del Rey y frente a la cual, cara a cara, cuando es representada por don Juan Carlos o por el legítimo Heredero, los lehendakaris en ejercicio no pueden hacer otra cosa sino rendir el debido tributo y desearle larga vida.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA