Las iniciativas contra la lengua común española, tanto en Galicia como en Baleares, son fruto del pacto entre la minoría socialista y otras minorías de carácter secesionista.


Mientras los señores diputados se preparan para debatir sobre el estado de la nación, la coalición de minorías que gobierna Galicia está perpetrando un nuevo golpe contra la nación española: el arrinconamiento del castellano en el sistema de enseñanza, en beneficio de la lengua gallega. Está muy bien que se enseñe gallego en Galicia, pero la lengua común de todos los españoles, que todos tenemos –constitucionalmente- el deber de conocer y el derecho de usar, es el castellano. De manera nada sorprendente, otra coalición de perdedores, la que se ha hecho con el poder en las Islas Baleares, ha anunciado como primera providencia una nueva reducción del castellano en la enseñanza, en provecho del catalán. Las iniciativas contra la lengua común española, tanto en Galicia como en Baleares, son fruto del pacto entre la minoría socialista y otras minorías de carácter secesionista. En ambos casos, esa política responde a un solo objetivo: destrozar la unidad de España desde las escuelas. Este es el verdadero estado de la nación.