Por todo lo dicho, nuestra presencia en este frente bélico está más que justificada, sin embargo, los españoles somos engañados constantemente por un Gobierno que ha hecho de la mentira, el circunloquio y el eufemismo, las herramientas más valiosas de su modus operandi.
Un día después de celebrarse el 438º aniversario de la Batalla de Lepanto, «la más alta ocasión que han visto los siglos» según el soldado Miguel de Cervantes Saavedra, probablemente una «operación inscrita en una misión de paz» si quien se refiriera a ella fuera la Ministra de la Guerra, la pacifista y nacionalista catalana Carmen Chacón, el soldado español Cristo Ancor Cabello Santana, moría en la Guerra de Afganistán al pisar el ineficaz vehículo en que viajaba, una mina anticarro. De este modo, los caídos en la guerra afgana, realidad que se esconde bajo la jerigonza aliciesca, ascienden a 88.
Pronto, envuelto en una bandera española y, probablemente, como en otras ocasiones, de madrugada, el cuerpo sin vida del cabo del Regimiento de Infantería Ligera Soria 9, será repatriado para celebrar sus exequias entre el dolor de sus familiares y la falsaria y hueca retórica de nuestros gobernantes.
Desde la Fundación DENAES no podemos sino unirnos al dolor de los familiares de Cabello Santana, mas, y debido a los motivos que nos llevaron a constituirnos como Fundación, no podemos soslayar el análisis de los hechos que acaecen en Afganistán.
Tal y como quedó demostrado en el libro que el año pasado publicó DENAES, En defensa de España. Razones para el patriotismo español, debido a nuestro Presidente, Santiago Abascal Conde y a Gustavo Bueno Sánchez, con la inestimable colaboración de Pedro Insua Rodríguez, España se enfrenta a diversas amenazas tanto interiores como externas.
En el caso que nos ocupa, el de la tan negada como evidente Guerra de Afganistán, España debe hacer frente a la amenaza exterior que significa el vivero de terroristas islámicos que allí se forman en su criminal fanatismo mahometano.
Por todo lo dicho, nuestra presencia en este frente bélico está más que justificada, sin embargo, los españoles somos engañados constantemente por un Gobierno que ha hecho de la mentira, el circunloquio y el eufemismo, las herramientas más valiosas de su modus operandi.
No nos queda, por tanto, en una jornada tan triste como la de hoy, sino reclamar una explicación seria y rigurosa de las razones geoestratégicas que nos han llevado a desplegar en el país de los talibanes a nuestros soldados, al tiempo que pedimos la dimisión de la Ministra de la Guerra, enemiga de la verdad, pero más enemiga de España. Recordemos que ella tambien era Rubianes. Al menos tal cosa rezaba la vergonzosa camiseta que se enfundó para defender a quien —disculpen la cita— la «unidad de EspaÑa» le sudaba «la polla por delante y por detrás».
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA