Pero por desgracia para Pérez Carod la realidad es otra. Y gracias a esta campaña nos enteramos de la debilidad, a pesar de todo, que se manifiesta en una ideología que tiene que hacer objetivamente el ridículo. Y es que es imposible cambiar la historia en un laboratorio de idiomas.


GENERALITAT Imagen de la campaña de promoción del catalán

GENERALITAT Imagen de la campaña de promoción del catalán

Como si de una clase de Educación para la Ciudadanía Catalana se tratara, Pérez Carod y demás agentes de la nación fraccionaria han presentado una campaña publicitaria para la erradicación de una «costumbre negativa» al parecer arraigada en la Comunidad Autónoma.

No es el consumo de drogas, ni el exceso de velocidad en carretera, no. Según estudios científicos a los que se dedican esos departamentos de política lingüística para el agitprop, es la costumbre negativa del catalán de hablar en español cuando alguien se dirige a él en esa lengua. Detectado el problema, la campaña quiere convencer a los catalanohablantes de que deben mantenerse hablando en catalán, a pesar de la lengua en que hable el «inmigrante».

«Sé amable y simpático, contagia el catalán»; con este slogan los guionistas de un spot musical, no sabemos si en una mala traducción española o porque no han tenido mejor idea que la de comparar al catalán con un miasma, pretenden hacer creer que el español sea una lengua extranjera, siendo la lengua propia del 100% de los catalanes, más que el catalán, y común con el resto de sus compatriotas.

Convirtiendo a Cataluña entera en un patio de colegio vigilado, y dado que no deben de funcionar las multas coercitivas con las que hasta ahora, por escrito, han querido hacer al español una lengua extraña a Cataluña, las autoridades se han decantado por insuflar un generoso mensaje, el de que «los inmigrantes también tienen derecho a utilizar la lengua catalana».

Desde luego que un guión televisivo todo lo aguanta, y la «creatividad» del director seguramente habrá hecho las delicias del Vicepresidente al contemplar el barrio ideal de la Cataluña de sus sueños en el que individuos de distintas razas y exóticas vestimentas se comunican en catalán con los acogedores aborígenes.

Pero por desgracia para Pérez Carod la realidad es otra. Y gracias a esta campaña nos enteramos de la debilidad, a pesar de todo, que se manifiesta en una ideología que tiene que hacer objetivamente el ridículo. Y es que es imposible cambiar la historia en un laboratorio de idiomas.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA