Hoy, en el País Vasco, hay un grupo de ciudadanos que tiene todos los derechos, los separatistas, y otro grupo, el de los constitucionalistas, que no tiene derecho alguno.
Un miembro del Foro de Ermua fue agredido salvajemente ante la puerta de un tribunal. La policía tuvo en sus manos al agresor, miembro relevante del Partido Nacionalista Vasco, y lo dejó marchar. Ahora la Justicia se querella por desórdenes contra la víctima de la agresión.
Hay pocas expresiones tan claras, hasta lo obsceno, de cuál es la situación de la democracia en el País Vasco: bajo cero. Cuando la Justicia no actúa contra los agresores, sino contra las víctimas, es que ya hemos pasado sobradamente el umbral de la injusticia. Hoy, en el País Vasco, hay un grupo de ciudadanos que tiene todos los derechos, los separatistas, y otro grupo, el de los constitucionalistas, que no tiene derecho alguno. Ese es el País Vasco que han construido los nacionalistas.
Estamos con el Foro de Ermua. Decididamente. Estamos con ellos porque el Foro de Ermua representa la idea de una España en libertad. Y sus enemigos representan todo lo contrario: el proyecto de romper España en una serie de taifas donde habrá ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, es decir, la negación de las libertades y de la democracia.