Es imprescindible multiplicar las acciones, multiplicar la presencia de quienes defienden la unidad nacional española.
Es una obviedad: cuando uno cede, el contrincante avanza. Si el Gobierno ha cedido, ETA intensificará la ofensiva. Si les es posible hacerlo sin muertes, sólo con la desenvoltura que el Gobierno ha facilitado al mundo de ETA en el terreno de la propaganda, no necesitarán volver a matar. Si no, matarán de nuevo, como el 30 de diciembre en Barajas; ellos saben que el Gobierno volverá a ceder. En la misma estela, otros, en Cataluña o Galicia, empujarán también: cuando se agrieta una presa, toda el agua presiona al mismo tiempo. Tenemos que ir preparándonos para una nueva ofensiva separatista en todos los frentes. El primer frente se ha dibujado ya: la autonomía de Navarra, que el mundo de ETA ha comenzado a someter a coacción.
Ante la nueva ofensiva separatista, todos los españoles de conciencia sana tienen que actuar al unísono, y eso concierne también a los patriotas que mantienen vínculos políticos e ideológicos con la izquierda española; una izquierda popular que, según las últimas encuestas, es visiblemente crítica hacia el entreguismo de Zapatero. Es imprescindible multiplicar las acciones, multiplicar la presencia de quienes defienden la unidad nacional española. Las concentraciones multitudinarias son sólo una parte del trabajo: tanto o más importante es hacer que nuestra voz se escuche en los medios de comunicación, en cualesquiera ámbitos sociales; que las banderas de España se vean por todas partes, que la marea rojigualda anegue nuestros pueblos. Hoy la mera exhibición de la bandera se ha convertido en un mensaje cargado de sentido; la gran mayoría de los españoles está dispuesta a escucharlo.
Estamos en fase de resistencia nacional. No hay un minuto que perder.