No se dan cuenta en el PSOE que estas victorias, las que gana el partido socialista cultivando la idea de disolución de España, son victorias pírricas y no está sino cavando su propia tumba en ellas.
De momento, y desde hace tiempo, ya le están creciendo los enanos…
En una declaración, promovida por lo que llaman «comisión ejecutiva», el PSC da un ultimátum al gobierno de España, en relación al sistema de financiación, de tal modo que, advierten los socialistas catalanes, su relación con el PSOE «no volverá a ser como antes» si no se cumple lo que el Estatuto de Cataluña establece al respecto.
Mientras el recurso planteado al estatuto catalán duerme el sueño de los justos en el Tribunal Constitucional, al PSC le falta tiempo para utilizarlo como amenaza ante un gobierno que, por otro lado, ha dado todos los pasos para que dicha amenaza se produzca.
«Pensando exclusivamente en el interés de Catalunya», se dice en la declaración, y para evitar la «inestabilidad política y económica» que se seguiría en España si el Estatuto no se cumple, el PSC «no da por finalizado el proceso negociador», pero está dispuesto a romper la baraja –así entiende esta gente una «negociación»– si no se cumple lo que se establece desde el seno del PSC.
Sea como fuere es verdad que el PSOE ha promovido la aprobación del Estatuto en el Congreso, haciendo ley, aunque esté recurrida, de la «voluntad de los catalanes» («Pascual, aprobaré lo que apruebe el Parlamento de Cataluña», dijo Zapatero en su día). Ahora, por supuesto, le llega la factura (en forma de «interés de Catalunya»), además desde lo que se supone es el seno de su propio partido.
La política electoralista del PSOE, por la que prevalece el interés propio (ganar el voto sea como fuera) al común, ha dispuesto, con la aprobación del Estatuto, que intereses facciosos tengan cobertura legal para promover acciones disolventes contra España.
El PSOE, cultivando la idea de la «España plurinacional» –como ha hecho explícitamente desde sede parlamentaria en numerosas ocasiones–, busca, tras la derrota electoral del PP, cortar el acceso de este partido (o de cualquier otro en su caso) al gobierno de la nación (proyectando sobre el PP la imagen del «centralismo» criptofranquista).
No se dan cuenta en el PSOE que estas victorias, las que gana el partido socialista cultivando la idea de disolución de España, son victorias pírricas y no está sino cavando su propia tumba en ellas.
De momento, y desde hace tiempo, ya le están creciendo los enanos…
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA