Los símbolos de la nación española deben ser respetados, porque así lo indica el Código Penal; por lo tanto, si alguien los ultrajara, estaría cometiendo un delito, presumiblemente. Pues no es así, porque hace tres años, en otra final de la Copa del Rey que también jugaron el Barcelona y el Athletic de Bilbao, los seguidores nacionalistas de ambos equipos pitaron cuando llegó el Rey al estadio de Mestalla y cuando sonaba el himno español. La Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) presentó entonces una querella contra los organizadores de la pitada, que exigían, además una selección propia y llevaban pancartas en las que se leía en inglés que Cataluña no es España. Sin embargo, el juez Pedraz entendió que los abucheos y las expresiones proferidas durante aquella final, no podían considerarse «difamatorias, injuriosas o calumniosas» ni propugnaban «el odio nacional», sino que consideró que debía ser interpretado como el derecho de aquellos expresarse libremente. Por lo tanto, probablemente, tampoco esta vez la Justicia lo considerará algo más que una anécdota desagradable. Pero si catalanes y vascos quieren una selección propia, parecería más consecuente que tuvieran también una liga propia como sucede en el Reino Unido, donde hay tres selecciones y tres ligas. Es decir, el Barcelona jugaría contra el Badalona o el Sabadell y el Athletic de Bilbao contra el Getxo, el Real Unión, el Eibar….
Además se produce otra incongruencia, ¿para que juegan la copa del Rey de España si luego sus aficionados van a llevar pancartas en contra del Rey y de la nación española? Y por último, ¿alguien ha preguntado a los jugadores si no quieren que Del Bosque los convoque para la Selección española o si prefieren jugar en una liga regional?