La Vanguardia
«El partido sigue adelante». La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no piensa suspender la final de Copa del Rey que enfrenta al FC Barcelona y al Athletic de Bilbao este viernes a las 22h00 en el Vicente Calderón en Madrid. «No tenemos constancia de nada», han expresado desde la RFEF a LaVanguardia.com en relación a las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha pedido este martes que se suspenda el partido por las protestas nacionalistas de catalanes y vascos que, según sus palabras, se van a producir en el partido.
«Se debe suspender y celebrarse a puerta cerrada en otro lugar», ha dicho Aguirre en declaraciones a Onda Cero ante la posibilidad de que, como ya ocurrió hace tres años en la final que jugaron los mismos equipos en Valencia, se produzca una pitada contra el Príncipe o durante la reproducción del himno de España. «Los ultrajes a la bandera o al himno son delito en el Código Penal. No se deben consentir y por lo tanto, mi opinión es que el partido se debe suspender y celebrarse a puerta cerrada en otro lugar», ha manifestado Aguirre, quien ha asegurado que aunque esta decisión puede causar «mucho follón», es necesaria porque este tipo de cosas «no se deben consentir».
«Una situación de estas características no se ha producido nunca», indican desde la RFEF. «Si no sabemos las circunstancias, ¿cómo vamos a actuar?. No somos futurólogos», han señalado desde la federación. «Eso ya ocurrió en Valencia en 2009 y no pasó nada, pues en esas estamos», han puntualizado desde la federación. En el caso, «muy poco probable», de la suspensión del encuentro, la RFEF debería avisar al Ministerio del Interior «antes del traslado de los jugadores» para reorganizar el operativo de seguridad del partido, considerado de alto riesgo, «como un Madrid-Barça».
Por otro lado, el Ministerio del Interior ha señalado a LaVanguardia.com que los únicos motivos por los que un partido de estas características podría ser suspendido sería en un caso extremo, «como una bomba» y han indicado que una vez el público y los jugadores estén en el campo, si se producen los hechos que adelantaba Aguirre en Onda Cero, será el árbitro o algún responsable de la RFEF el que puede suspender el partido.
De hecho, en relación a una supuesta amenaza terrorista antes del encuentro, Interior recuerda que el 2 de mayo de 2002 un coche bomba de ETA estalló horas antes de un Madrid-Barça en las inmediaciones del Santiago Bernabeu, «y el partido se jugó».
La Audiencia rechazó investigar la pitada al himno de 2009
Tal y como ha recordado la RFEF, hace tres años, en Valencia, con los mismos protagonistas, sucedió algo similar a lo que vaticina la presidenta de la Comunidad de Madrid. Entonces, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz rechazó una querella que la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) presentada contra los organizadores de la pitada dirigida contra el Rey y el himno nacional durante la final de Copa del Rey, al considerar que estaba amparada en el derecho a la libertad de expresión, indica Europa Press.
El magistrado entendió que los abucheos y las expresiones proferidas durante aquella final, que también jugaron el Barcelona y el Athletic de Bilbao, no podían considerarse «difamatorias, injuriosas o calumniosas» y tampoco propugnaban «el odio nacional». El titular del Juzgado Central de Instrucción 1 rechazaba de esta forma investigar a los responsables de Catalunya Acció y la Plataforma Pro-Selecciones Vascas (ESAIT), contra las que se dirigía la querella, por los hechos que se produjeron el 13 de mayo en el estadio de Mestalla (Valencia), señala Europa Press.
Los querellantes imputaron a los responsables de estas organizaciones -que reivindicaban, respectivamente, la oficialidad de las selecciones deportivas vasca y catalana- los delitos de ultraje a la nación española, injurias contra el Rey y provocación al odio contra parte de la población por razón de su origen nacional, todos los cuales están penados en su grado máximo con hasta cinco años de cárcel. Pedraz, sin embargo, de acuerdo con el criterio de la Fiscalía, sostuvo en un auto que la pitada que se produjo a la llegada del Rey al estadio y durante de la interpretación del himno nacional y la colocación de pancartas con el lema ‘Good bye Spain’ («Adiós, España») no eran «constitutivos de delito» y no eran tampoco «merecedoras de reproche penal, teniendo además en cuenta el principio de intervención mínima».
«Una nació, una selecció»
La querella detallaba que en los días previos al partido Catalunya Acció repartió 5.000 silbatos entre los espectadores que iban a acudir a Mestalla con el lema «Una nación, una selección». Asimismo, recordaba que durante el encuentro se desplagaron pancartas con lemas como «Catalonia is not Spain» («Cataluña no es España») o «Good Bye Spain» («Adiós España»).
DENAES, que también se querelló en enero de 2006 contra el cómico Pepe Rubianes por unas declaraciones sobre la unidad de España, destacaba que las dos asociaciones suscribieron un manifiesto reivindicativo en el que hacían «una llamada a las aficiones de los dos países» instándoles a «silbar y/o dar la espalda cuando sonase el himno de los españoles a la entrada del monarca».