Como ya señalamos en ocasiones anteriores, el año 2021 ha comenzado como terminó el 2020, en lo que se refiere a la política de acercamiento de presos etarras a sus localidades de origen.
El Ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, parece no tener presente un auto dictado por la Sección Primera de la Audiencia Nacional, a principios de febrero de este año, en el que la Sala rechaza la validez de las cartas de arrepentimiento presentadas por decenas de presos etarras. En el citado auto, se destaca “el carácter claramente finalista en las manifestaciones vertidas para la obtención de redenciones extraordinarias” considerando, por lo tanto, que se trata de un patrón meramente formal, que no manifiesta en absoluto la petición a expresa e individualizada de perdón a las víctimas, ni la reparación efectiva del daño, ni el categórico rechazo de los postulados terroristas. Es decir, se considera que dichas misivas no son sinceras y buscan únicamente obtener beneficios penitenciarios.
Pues bien, el Ministro de Interior, a pesar de esto, mantiene su continúo e incesante acercamiento de reclusos etarras a cárceles cercanas a sus domicilios. Concretamente los últimos beneficiados por esta política llevada a cabo por la Secretaría de Estado de Instituciones Penitenciarias (Ministerio de Interior), entre los meses de febrero y marzo, son:
- Ignacio Aracama Mendia, Makario, histórico miembro de ETA, uno de los más sanguinarios. Condenado por más de una veintena de atentados, entre ellos los asesinatos del director del Banco Central, Ricardo Tejero Magro, y el del jefe del Cuerpo de Miñones de Álava, Jesús Velasco, pasará de Sevilla a aballa (Álava).
- Roberto Lebrero Panizo, con una condena por atentados, estragos e incendios, tenencia de explosivos y colaboración con banda armada, viajará desde Burgos al Centro Penitenciario de Zaballa (Álava).
- José Ignacio Armendáriz Izaguirre, que cumple condena de 25 años por los delitos de atentados, asociación ilícita y terrorismo, también pasará de Burgos a Zaballa.
- Beinat Aguinagalde Ugartemendía, condenado por los delitos de asesinato, terrorismo, detención ilegal, robo, estragos y tenencia de armas, será trasladado del Centro Penitenciario de Jaén al Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia).
- José María Novoa Arroniz, que cumple condena de 30 años por los delitos de atentado, asociación ilícita y tenencia de armas y explosivos, pasará de Murcia a la prisión de León.
- Harriet Iragui Gurruchaga, condenado por los asesinatos del concejal del PP José Martín Carpena, del fiscal Luis Portero García y del médico militar Antonio Emilio Muñoz Cariñanos, pasa de Castellón a Logroño.
- Íñigo Zapirain Romano, asesino del brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz y del Policía Eduardo Antonio Puelles García, será trasladado desde Aranjuez a El Dueso (Cantabria).
- Beatriz Echevarría Caballero, condenada por los mismos asesinatos, será también trasladada de Aranjuez a El Dueso.
- Jurdan Martitegi Lizaso, condenado por su participación en el atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) el 21 de marzo de 2008, en el que resultaron heridas ocho personas, dos de ellas guardias civiles, dejará la prisión de Soto del Real para ir a Martutene (San Sebastián).
- Asier Badiola Lasarte, a quien la Audiencia Nacional condenó por la colocación de un coche bomba en la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa en septiembre de 2008, pasará de Valencia a El Dueso (Cantabria).
- Jon Joseba Troitiño Ciria, autor de los atentados contra los hoteles Bahía de Alicante y Nadal de Benidorm, en junio de 2003, que ocasionaron catorce heridos, será trasladado de Murcia a Logroño.
Observamos que el ritmo de cinco presos por semana se ha incrementado, pasando en la última tanda de cinco a seis.
Pero no estamos en un mes de marzo cualquiera, en lo que a terrorismo y nuestro actual gobierno se refiere. Durante este mismo mes hemos podido ver como desde el ejecutivo, se ha tratado de sacar rédito de la destrucción de armas intervenidas a terroristas, a través de un vergonzante acto de propaganda, presidido por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Acto en el que, dicho sea de paso, no se vio ni una sola bandera de España. No se trata, a nuestro modo de ver, de una mera puesta en escena propagandística, ya que puede interpretarse como una oficialización del punto final, una forma de cerrar definitivamente más de cuarenta años de terrorismo contra España, a pesar de que quedan sin resolver más de 300 asesinatos cometidos por la banda terrorista.
Es importante saber también que, en este mismo mes, con motivo del Día Europeo en Recuerdo de las Víctimas del Terrorismo, el 11 de marzo, el PSOE rechazó firmar en el Senado una declaración institucional, en la que se nombraba expresamente a todas las organizaciones terroristas: desde los Grapo, a ETA o Terra Lliure. Se trata de no ofender en ningún momento a aquellos que han apoyado a Pedro Sánchez en la aprobación de sus presupuestos generales del Estado, es decir, de no ofender a Bildu.
Por último, cabe recordar que, en este azaroso mes, el vicelendakari primero, Josu Erkoreka, y la consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno del País Vasco, Olatz Garamendi, se han reunido con la vicepresidenta Carmen Calvo y el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta. Éste último manifestó su intención de consumar el traspaso de la gestión de las prisiones en abril, afirmando que los traspasos iban a buen ritmo, destacando el de instituciones penitenciarias. Como vemos, el actual gobierno tiene prisa en contentar a los nacionalistas, cediendo a sus continuas peticiones, máxime si benefician a los secesionistas etarras.
Por todo esto, podemos concluir, como ya hemos señalado en otras ocasiones, que se trata de cerrar políticamente varias décadas de la banda terrorista, para lograr otros objetivos políticos, contentando a los socios separatistas del actual gobierno. Desde DENAES denunciamos, y no nos cansaremos de hacerlo, los continuos pasos que día a día se dan, en el imparable ataque a la unidad de España, y en la cesión para ello, a las demandas de los secesionistas.
Teresa Chinchetru Del Río