El sábado 17 de Mayo, a las 11.00 horas, la Fundación DENAES inauguró en Madrid el Monumento a las Víctimas del Terrorismo. Fue en la plaza de la República Dominicana, lugar donde el 24 de julio de 1986 doce guardias civiles murieron a manos de la banda terrorista ETA.
Resumen y fotos del acto:

Este sábado 17 de Mayo, a las 11.00 horas, la Fundación DENAES inauguró en Madrid el Monumento a las Víctimas del Terrorismo. Fue en la plaza de la República Dominicana, lugar donde el 24 de julio de 1986 doce guardias civiles murieron a manos de la banda terrorista ETA.

La Fundación DENAES ha materializado su particular homenaje a través de un monumento financiado por ciudadanos anónimos, creado en bronce por el artista Pedro Requejo en forma de vértice (3,10 metros de alto x 2,20 de ancho) y presidido por una figura de la libertad que enarbola la bandera nacional. La sigue una víctima del terrorismo y decenas de españoles.

El acto fue muy concurrido y especialmente emotivo, pudiéndose ver un gran número de banderas de España que expresaban la profunda identidad entre la Nación y todas las víctimas del terrorismo.

Entre las autoridades y personalidades que presidieron el acto destacan la presidenta de la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre; el alcalde de la capital, don Alberto Ruiz-Gallardón; el presidente del Foro Ermua, Iñaki Ezquerra; el presidente de la AVT, Juan Antonio Casquero; don Manuel Fraga Iribarne, doña Ana Botella, don Ignacio Astarloa, don José María Álvarez del Manzano, etc.


Fueron especialmente intensas y aplaudidas las intervenciones de Santiago Abascal, presidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, y de su vicepresidente Ricardo Garrudo. Abascal puso el dedo en la llaga en su dircurso al arremeter, especialmente, contra ese «pacto» político que consiste en atribuir los atentados terroristas a una presunta violencia abstracta; recordando e insistiendo en que el fin de ese terror y los fines de la ideología que explícita o silenciosa, «democráticamente», lo apoya no es otro que la destrucción a cualquier precio de la Nación española. Las palabras de Abascal fueron interrumpidas por continuos aplausos del público asistente.


Se interpretó en directo música de Bach y al final del acto, tras ser bendecida la escultura, sonó el Himno Nacional. Fueron siempre numerosos los aplausos espontáneos del público, especialmente cuando algunas víctimas y familiares de la masacre perpetrada en aquella misma plaza tomaron la palabra.

Aquí tenéis unas cuantas fotos más del acto:




