A partir de 2008 se van sucediendo las conmemoraciones de los Bicentenarios de acontecimientos trascendentales para la historia y el presente de España y de las Repúblicas americanas que hablan español


Vídeo de la Conmemoración del bicentenario del 25 de mayo de 1808 en Oviedo, doscientos años después de la creación de la Junta Suprema
de Asturias, de la declaración de guerra a Napoleón y de la
proclamación del principio de soberanía popular en España.



A partir de 2008 se van sucediendo las conmemoraciones de los Bicentenarios de acontecimientos trascendentales para la historia y el presente de España y de las Repúblicas americanas que hablan español.

La gran Revolución supuso en los Estados cristianos el inicio de la descomposición del Antiguo Régimen, y la progresiva constitución de Naciones políticas formadas por hombres y por ciudadanos en quienes, a partir de entonces, según las diversas doctrinas constitucionales, descansa la soberanía política.

La constitución de estas nuevas Naciones políticas señala el comienzo de la transformación del Imperio español –convertido en universal tras el Descubrimiento de América, un Imperio formado durante los siglos de lucha de España contra el Islam y otros Imperios– en las Repúblicas hispanas que conforman la Hispanidad.

En este proceso histórico, a lo largo de todo el siglo XIX, se fueron generando, a partir del antiguo Imperio español, las Naciones políticas que, en ambos hemisferios y doscientos años después, tienen la lengua española, y todo lo que ello implica, como común patrimonio cultural.

La Guerra de la Independencia de España (1808-1814), que supuso el gran triunfo de la supervivencia hispana frente al imperialismo francés, propició que las Cortes Generales reunidas en Cádiz pudieran promulgar en 1812 la primera Constitución de España, que define la Nación española, «reunión de todos los españoles de ambos hemisferios», como «libre e independiente», que «no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona», y establece que «la soberanía reside esencialmente en la Nación». La Constitución de 1812 sirvió como inspiración para las que adoptaron las diferentes Naciones políticas americanas, que se aprestan también a celebrar a lo largo de este siglo las conmemoraciones de sus respectivos Bicentenarios.