El «comité de expertos», integrado por catedráticos de derecho, abogados, sociólogos y algún periodista, viene trabajando ya desde hace tiempo, con la instrucción de que lo haga «sin prisas, pero sin pausa»

El PNV ha encargado a un «comité de expertos» la elaboración de un documento que tenga vocación de convertirse a medio o largo plazo en la base de un nuevo proyecto soberanista, como recambio del plan Ibarretxe en sus distintas versiones, que los nacionalistas consideran ya amortizado y condenado a convertirse en «papel mojado».
El «comité de expertos», integrado por catedráticos de derecho, abogados, sociólogos y algún periodista, viene trabajando ya desde hace tiempo, con la instrucción de que lo haga «sin prisas, pero sin pausa». No se persigue un documento-ponencia para una coyuntura política, sino un proyecto que el PNV quiere amarrar, para aplicarlo cuando lo considere políticamente oportuno. Ninguno de los integrantes de este «comité» desempeña responsabilidades directivas en el partido fundado por Sabino Arana. Tampoco le representa en Instituciones, ya que se intenta inmunizarles para que no se contaminen con la disputa política del día a día. Pero todos ellos tienen como denominador común su sintonía y comunión ideológica con el PNV.No se persigue un documento-ponencia para una coyuntura política, sino un proyecto que el PNV quiere amarrar, para aplicarlo cuando lo considere políticamente oportuno.Los trabajos de este grupo de expertos están coordinados por el Euskadi Buru Batzar, cuyos integrantes son los únicos en el partido que tienen acceso a los contenidos. El comité comenzó su andadura cuando Josu Jon Imaz estaba al frente del PNV, y ahora lo hace bajo la supervisión de Íñigo Urkullu.
Hace ya tiempo que los dirigentes del PNV estaban convencidos de que primero el plan Ibarretxe y después su pretendida consulta eran iniciativas condenadas al fracaso, no sólo por su ilegalidad, sino porque se habían impuesto sobre la mesa sin consenso político. Pero el EBB, primero con Imaz al frente y ahora con Urkullu, lo ha asumido como un mal menor, para evitar divisiones internas que pudieran desembocar en una escisión. Además, los delirios secesionistas del lendakari han coincidido en el tiempo con el descabezamiento de Batasuna, por lo que de aquí a las elecciones autonómicas, previstas para la próxima primavera, al PNV no le viene mal enarbolar un discurso radical para pescar en el río revuelto de una «izquierda abertzale» huérfana.
Algunos sectores del partido de Urkullu empiezan a cuestionar la conveniencia de que Ibarretxe repita como candidato a lendakari. Critican su abusivo protagonismo, rompiendo la tradicional supremacía del partido, y su tendencia patológica a meterse en aventuras de las que resulta muy difícil salir políticamente ileso.
Alarma en los socios
La última ha sido su precipitado llamamiento a los ciudadanos vascos a presentar miles de denuncias -incluida la suya misma a título personal- ante el Tribunal de Estrasburgo contra España tras la decisión del Constitucional de tumbar su ilegal consulta. Tanto el PNV como sus socios, EA y EB, hicieron ver a Ibarretxe lo arriesgado de una iniciativa tomada demasiado a la ligera, que está arrastrando a unos y otros al «harakiri» político. Sin embargo, todo parece indicar que lo presentarán a la reelección, ya que la estrategia nacionalista en los últimos cinco años ha girado en torno a las diferentes intentonas soberanistas del inquilino de Ajuria Enea y buscar a seis meses de los comicios una alternativa no sería sino reconocer a gritos el fracaso. Otra cosa, comentan los medios, es que el PNV trabaje con la hipótesis de que de las urnas no surja la próxima primavera un vencedor claro, y que la inestabilidad de la legislatura fuerce a unas elecciones anticipadas. Momento para designar otro candidato y, ¿por qué no? para poner sobre la mesa el documento que se viene gestando en secreto.
Unos malos resultados de Ibarretxe -bien porque pierda en las urnas o porque saque unos exiguos resultados que le obliguen a pactar- reforzaría la posición de quienes prefieren otro candidato.
Los errores detectados
Así las cosas, los expertos trabajan minuciosamente para no repetir los errores cometidos por los asesores del Ibarretxe en la elaboración de su fracasado plan secesionista. Errores detectados tanto en el contenido del plan como en los procedimientos seguidos para llevarlo adelante. Así, de acuerdo con las fuentes consultadas por ABC, el documento embrión del futuro proyecto soberanista del PNV trata de partir, al menos aparentemente, de la legalidad. Por ejemplo, se haría referencia a la Disposición Adicional Primera de la Carta Magna, que establece que la «Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales».
El PNV siempre ha visto con buenos ojos que la propuesta soberanista del lendakari llevara el nombre de plan Ibarretxe. Considera que así es más fácil atribuirle exclusivamente el fracaso, de manera que el partido parece tener las manos más libres para sacar su nuevo proyecto, tan independentista en el fondo como el de Ibarretxe, pero más civilizado y «legalista» en la forma.