DESPUÉS DE LA REALIDAD NACIONAL ANDALUZA.


20061030110144.jpg30-10-2006-El Semanal Digital

Las diferencias sobre las reformas estatutarias quedaron de manifiesto en la reunión que el jueves celebraron los responsables de comunicación del PP, donde hubo algún que otro «rifirrafe».

30 de octubre de 2006. La inclusión del término «realidad nacional» en el Preámbulo del Estatuto de Andalucía, que ha contado con el apoyo del PP en el Congreso, no es, para ciertos sectores del partido, un asunto ni mucho menos baladí, por más que Mariano Rajoy y Javier Arenas se hayan lanzado a una campaña propagandística que pone el acento precisamente en lo contrario: en esa segunda parte del polémico párrafo que, después de aludir al Manifiesto andalucista de Córdoba de 1919, califica a Andalucía como una nacionalidad «en el marco de la unidad indisoluble de la Nación española».

La fórmula resultaría «impecable» -según afirma la postura oficial- si no fuera por el reflejo provocado en otras comunidades, concretamente Galicia, donde un sector del PPdeG aboga por definiciones cuanto menos sorprendentes para la reforma del Estatuto gallego. En el PP de Cataluña pasaría algo similar pero a la inversa, ya que más que aceptar la negociación andaluza, lo que algunos populares catalanes ponen de manifiesto en privado es que, si lo han hecho unos en Andalucía, por qué no lo han podido hacer otros con el Estatuto catalán. Sin embargo, en el entorno de Josep Piqué se huye de la polémica y se alaba el acuerdo alcanzado entre PP y PSOE en Andalucía, subrayando que el cambio de postura no ha sido del PP sino del partido de Manuel Chaves, que a diferencia del PSC, sí ha querido llegar a un acuerdo. Y recuerdan en este sentido que los dirigentes que han llevado a cabo la negociación han sido los mismos en uno y otro caso; se refieren a Soraya Sáenz de Santamaría y Federico Trillo.

Pero pese a la consigna oficial, la división surgida en el seno del PP a raíz del Estatuto andaluz quedó incluso patente en la reunión de carácter interno que los Dircom del partido mantuvieron el jueves pasado en la sede nacional de la calle Génova de Madrid. Convocados por la nueva directora de Comunicación del PP, Carmen Martínez Castro, los jefes de prensa de los barones territoriales y presidentes regionales mantuvieron un encuentro que se saldó con alguna «pelea», en particular por la que se ha venido en llamar «guerra del agua».

Según fuentes de la dirección nacional, el objetivo principal de dicho encuentro era la presentación, un mes después de su nombramiento, de Martínez Castro; una primera toma de contacto con los responsables de comunicación del PP, básicamente de «cortesía», se asegura sin otorgarle prácticamente importancia. Sin embargo, el encuentro fue más allá. Según ha podido saber Elsemanaldigital.com se produjo un pequeño rifirrafe entre los jefes de prensa del PP de Murcia y del PP de Valencia con los populares de Castilla-La Mancha que preside María Dolores de Cospedal por el tema del agua y la cancelación del trasvase que incluye -tras el acuerdo alcanzado con el socialista José María Barreda- la reforma estatutaria de esta Comunidad, cuyo anteproyecto entra esta semana en el Congreso. El tono subió tanto que el equipo del murciano Ramón Luis Valcárcel llegó a acusar a los populares castellano manchegos de ser «los más insolidarios» de España.

Las voces críticas en el seno del PP han empezado a surgir estos últimos días reclamando una única voz en toda España y una «política nacional» que, en determinados aspectos como el reparto de agua, deje claro que el PP «no va a firmar eso o lo contrario según el sitio del que se trate». Para algunos dirigentes, sin embargo, «el PP lleva el paso cambiado» en el debate territorial una vez más, y ahora lo de Andalucía dará argumentos para que en otras autonomías se alcancen acuerdos similares.

El debate sin duda seguirá en los próximos días. Esta semana además de entrar en el Congreso la reforma castellano manchega (también se encuentra en trámite el Estatuto de Canarias) se llevará a Pleno el texto andaluz. Será el jueves, dos de noviembre y saldrá aprobado por unanimidad de la Cámara. Hasta el momento, PSOE y PP han pactado los textos de Valencia, Baleares y Aragón, además del Estatuto de Andalucía. El discurso que de ahora en adelante adopte el PP sobre las reformas territoriales será clave de cara a mantener su cohesión interna.