El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiso responder ayer de manera tajante a Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid señaló el viernes que, «aunque de cara a la galería se esté aplicando una política con ETA distinta de la pasada legislatura», ella se temía que el Ejecutivo «pudiera estar pensando en volver a lo que ya fue el mal llamado proceso de paz, o sea, una negociación política con los terroristas».


EL CORREO| MADRID

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quiso responder ayer de manera tajante a Esperanza Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid señaló el viernes que, «aunque de cara a la galería se esté aplicando una política con ETA distinta de la pasada legislatura», ella se temía que el Ejecutivo «pudiera estar pensando en volver a lo que ya fue el mal llamado proceso de paz, o sea, una negociación política con los terroristas».

Con su declaración se rompía la sintonía en materia antiterrorista que el PP ha mantenido en lo que se lleva de legislatura con el Gobierno. Y hacía aflorar el sentimiento de un sector del partido de Mariano Rajoy, que desconfía de la actitud del Gabinete de Zapatero a pesar de las últimas operaciones policiales. A su juicio, el acercamiento de varios presos etarras al País Vasco o la negativa a disolver los ayuntamientos liderados por ANV son muestras de que el PSOE intenta reeditar el proceso de paz.

Las palabras de la dirigente popular fueron recibidas con un profundo malestar en las filas socialistas. Aunque no se refirió de manera explícita a Aguirre, el propio Zapatero afirmó el viernes que hay que trabajar «con unidad».

Sin embargo, la respuesta más explícita llegó ayer por boca de Rubalcaba. El máximo responsable de las fuerzas de seguridad sostuvo que el diálogo con ETA «forma parte de un pasado que ya no va a volver», y destacó que la banda terrorista ha tenido «tres veces la oportunidad de acabar como el IRA y las desaprovechó», por lo que «acabará como el Grapo».

Con estas palabras, el ministro del Interior se refería a los intentos de buscar una salida negociada a la violencia que se han llevado a cabo durante los últimos 25 años. En este sentido, sostuvo que Felipe González ya «intentó dialogar con ETA y ETA acabó rompiendo», igual que ocurrió con el también ex presidente del Gobierno José María Aznar y, posteriormente, con José Luis Rodríguez Zapatero.

Durante una rueda de prensa, Alfredo Pérez Rubalcaba manifestó que no le gustaría «polemizar» con el Partido Popular porque él tiene «mucho interés en mantener la unidad contra el terrorismo». «Cuando estamos juntos somos más fuertes. Y ahora estamos bastante fuertes», aseguró. Según comentó, todo lo que va en contra del consenso dificulta la tarea del Gobierno.

En una línea parecida a la del ministro, el líder del PSE, Patxi López, también negó ayer que exista cualquier tipo de negociación con ETA y tachó las insinuaciones del PP de «deslealtad absoluta».