Sirera hizo especial hincapié en «la libertad para que los padres escolaricen a sus hijos en la lengua que quieran» y también para usar el idioma que uno elija. «Es la hora de la libertad», exclamó.
Marcos Pardeiro
26-07-2007-La Razón
Barcelona- De Josep Piqué se ha dicho que se ha ido del PP tal y como vino: solo. Seguramente, sea así. Ahora bien, su marcha parece haber abierto la puerta a viejos compañeros de viaje, que ayer quisieron estar presentes en un hotel de Barcelona para arropar a Daniel Sirera en su primer acto público en compañía de Mariano Rajoy. «Veo a muchas personas que hace muchísimo tiempo que no veía en un acto de partido. Personas que por el motivo que fuera, un día se apartaron y quiero agradecer su presencia», dijo Sirera al final de su parlamento. Por alusiones, devolvieron un cómplice aplauso el antiguo líder del PP catalán Aleix Vidal-Quadras; otro ex presidente del partido, Eduardo Bueno; la ex diputada Reyes Montseny; el ex líder municipal Enrique Lacalle y uno de los fundadores, Manolo Milián Mestre.
Todos ellos se distanciaron en su día de Piqué y ayer no se quisieron perder el estreno de Sirera junto a Rajoy. En el inicio de una nueva etapa bendecida por el presidente nacional del PP, nadie tuvo un recuerdo para el que ha sido líder del PP catalán hasta hace pocos días. Ni Sirera ni Rajoy, pese a que ninguno de los dos guarda, ni mucho menos, mala relación con el dimitido. Pero el PP no desea abonarse a la nostalgia ni volver la vista atrás. Al contrario. Su intención es «pasar página» y centrar todos sus esfuerzos en una batalla electoral que ya está abierta.
Los populares catalanes tienen muy claro cuál es el encargo de Rajoy: recuperar la confianza de los electores que en su día votaron al PP. El partido no ha olvidado la nada despreciable cifra de 12 diputados que se lograron en el año 2000 y aspira a repetirla o, cuanto menos, a acercarse a ella. En cualquier caso, los populares deben evitar a toda costa un resultado como el de 2004, cuando obtuvieron 6 modestísimos escaños en Cataluña.
Rajoy no sólo acudió para felicitar y dar apoyo a la nueva dirección, sino también para insuflar ánimos a una militancia que ayer se volcó como en las grandes ocasiones. Casi un millar de personas acudieron a la que debía ser una junta directiva que nunca se llegó a celebrar. «Estamos desbordados», celebró Sirera, entre los aplausos de los afiliados. Del discurso del nuevo presidente no pudo deducirse un cambio de planteamiento respecto a lo que ha predicado Piqué en los últimos años, pero sí que hubo distintos acentos.
A Rajoy se le vio feliz con su nuevo barón, quien tampoco olvidó reivindicar los ocho años del gobierno de José María Aznar. Al tomar la palabra, el presidente del PP celebró que el partido en Cataluña haya resuelto la dimisión de Piqué en 24 horas, algo que consideró la prueba de que «hay un partido que está unido y que reacciona con rapidez». Tras expresar su orgullo como militante de la formación, el aspirante a presidente del Gobierno se dirigió a los afiliados para pedirles su trabajo y su apoyo.
Sirera hizo especial hincapié en «la libertad para que los padres escolaricen a sus hijos en la lengua que quieran» y también para usar el idioma que uno elija. «Es la hora de la libertad», exclamó ante un público entregado.
El presidente del PP catalán proclamó ante el líder del PP que su partido se pone a su servicio con el gran objetivo de contribuir a su victoria en las próximas elecciones generales.
Sirera agradeció el cariño de los presentes y dijo sentirse «muy orgulloso» de pertenecer al PP, partido al que lleva 20 años afiliado: «La mitad de mi vida».
Dirigiéndose a Rajoy, aseguró que el PP catalán «está en perfecto estado de revista para llevarte a La Moncloa» tras las elecciones generales, informa Efe.
Fue un discurso en clave electoral, que sirvió a Rajoy para trazar varias pinceladas sobre lo que va a ser su programa de gobierno: rebajar impuestos, priorizar la educación, impulsar políticas de familia y ordenar la inmigración. Pero, sobre todo, quiso distanciarse de Rodríguez Zapatero, a quien acusó de «no tener palabra». El PP piensa fomentar su campaña en Cataluña en su credibilidad y contraponerla a la de «quien promete mucho y no hace nada», en alusión a Zapatero. Ayer se dio la primera entrega.