Medio centenar de independentistas tratan de boicotear un mitin del PP en Martorell.


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Barcelona- La historia se repite. Los populares volvían ayer a ser víctimas de intentos de agresiones a las puertas de la campaña electoral catalana que arranca este domingo. Unos 50 independentistas se plantaron ayer en la entrada del centro cultural de Martorell, sabedores de que el secretario general del PP, Ángel Acebes, iba a pronunciar un mitin en este lugar de la localidad barcelonesa.

Al grito de «fuera fachas de Martorell», los radicales izaron «esteladas» -la bandera independentista catalana- y lanzaron varias bengalas. Eran las 19.10 horas y la tensión se respiraba. Poco podían hacer los siete agentes de la Guardia Civil que estaban en el lugar de los hechos. Ni siquiera tuvieron tiempo de hacer un cordón policial, la operación más usual en este caso. No había Mossos d’Esquadra, porque el cuerpo de la policía autonómica todavía no está desplegado en esta localidad.

Uno de los momentos de máxima tensión llegó cuando un radical empujó a un hombre mayor que se había acercado a los chavales para pedir calma. El empujón cogió desprevenido al hombre que «cayó al suelo redondo», según el concejal del PP, Alberto Villagrasa, testigo del suceso. Al ver al hombre en el suelo, algunos jóvenes intentaron acercarse para golpearle, pero un grupo de personas se interpuso entre el anciano y la «marabunta», entre ellas el presidente del grupo municipal popular, Alberto Fernández. Empezaba así una serie de disturbios.

Minutos más tarde llegaban los protagonistas del mitin: Acebes, acompañado del candidato del PP catalán, Josep Piqué, y el director de campaña, Francesc Vendrell. Los tres sufrieron varios empujones, llegando a zarandearles, e intentos de agresión por parte de los radicales que se les tiraron encima antes de entrar al auditorio. La hora aproximada que duró el mitin no amansó a las fieras del exterior, jóvenes de dieciséis a veinte y pocos años. A la salida se volvieron a oír las proclamas en boca de los jóvenes de «Martorell es un pueblo trabajador. No queremos fascistas» o «Fascistas = terroristas». Piqué y Acebes lograron, tras más de hora y media de incertidumbre, salir por la puerta principal, pero los radicales se les volvieron a echar encima, con clara intención de apalearles. Incluso hubo una pequeña carga policial.

Ésta vez sí hubo un cordón de seguridad. Y es que si a la entrada sólo había siete agentes, a la salida el número de policías se había multiplicado por tres. Aún así, los independentistas no cesaban, y siguieron al PP. De hecho, cuando ya estaban dentro de los coches oficiales, los radicales les tiraron piedras, rompieron los retrovisores de los automóviles y les siguieron insultando. Los militantes asistentes al acto, por seguridad, salieron por la puerta de atrás.

Rangel, desaparecido

De nuevo dentro, Piqué pidió a los asistentes que aguardaran en el vestíbulo antes de abandonar el Centro, hasta que la Policía organizara la salida. Durante una larga espera, Piqué llamó al delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel para advertirle de la situación, pero fue imposible localizarlo. Entonces, optó por ponerse en contacto con la consejera de Interior, Montserrat Tura quien tampoco logró dar con Rangel. Piqué, enfurecido, denunció la situación a Tura que se desplazó al lugar de los hechos, y se reunió con la dirección del PP en un área de servicio de la zona. Los populares, ya sanos y salvos, no daban crédito a la desaparición de Rangel.