Una conferencia densa y realista fue el menú que ofreció ayer el presidente de la Generalidad para celebrar el ecuador de la legislatura, una legislatura a la que según él mismo reconoció le faltan por llegar momentos de extrema dificultad económica.


Cristina Sen | Barcelona

Una conferencia densa y realista fue el menú que ofreció ayer el presidente de la Generalidad para celebrar el ecuador de la legislatura, una legislatura a la que según él mismo reconoció le faltan por llegar momentos de extrema dificultad económica.

El mensaje

«No hay ningún cálculo político con futuro, ni ninguna estrategia ganadora en España, a costa de Cataluña, en contra de Cataluña, o sin Cataluña».

«Si se produjesen decisiones que supusiesen una limitación o una minoración de nuestro autogobierno, sabremos reaccionar adecuadamente. Es decir, con firmeza institucional y realismo político».

En este contexto de enorme complejidad, José Montilla dibujó una hoja de ruta para afrontar el futuro, una hoja de ruta que tiene como primer reto –por importancia y por calendario– la negociación de la nueva financiación autonómica. Ante el silencio y las reticencias del Gobierno, el president fue duro y claro. «España no puede permitirse que Cataluña no salga adelante (…). No existe ningún cálculo político con futuro en España, a costa, en contra o sin Cataluña», proclamó.

No es que Montilla plantease ayer su conferencia –a la que quiso dar máxima relevancia con la presencia del grueso del Gobierno y numerosos representantes de la sociedad civil –únicamente en torno a la financiación o sobre las sombras que se ciernen sobre el Estatuto– a las que también se refirió largamente–, pero en ambas discusiones se concentran elementos que Montilla considera básicos para afrontar con ciertas garantías el futuro del país. La financiación como una herramienta imprescindible para hacer frente a la crisis e invertir en más políticas sociales, y el Estatuto como el instrumento que garantiza el autogobierno necesario y, por tanto, el desarrollo de Cataluña.

La advertencia del presidente indica que, a pocos días que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presente su nuevo documento sobre financiación, hay escepticismo y falta de información en la plaza Sant Jaume. Por ello, Montilla lanzó dos avisos más para redondear su reflexión: «estamos en tiempo de descuento, no dudaremos en defender los intereses de los catalanes».

La defensa de los intereses catalanes, y de la ley aprobada en referéndum, fue otra de las novedades que introdujo el president en su discurso, perfectamente consciente de que en la negociación de las cuentas autonómicas y en la sentencia del Tribunal Constitucional se juega buena parte de la legislatura. Por primera vez, Montilla explicó cuál es su plan B si el alto tribunal recorta el Estatuto. Explicitó que en caso de que sea así, tomará la iniciativa de propiciar una respuesta unitaria, llamando a todos los partidos, sin renunciar al horizonte de autogobierno que define el texto estatutario pero sin tomar caminos inviables. Es decir, advertía de derivas poco realistas como la celebración de un referéndum propuesto por Arturo Mas, y abrazaba el pacto trabado con José Antonio Duran Lleida de buscar la respuesta unitaria de la clase política catalana.

Junto al contexto generalizado de crisis, estos son los dos grandes escollos que tiene en los próximos meses el Gobierno de la Generalidad pero pese a que amenaza tormenta, Montilla auguró ayer larga vida al tripartito e incluso fue más allá de esta legislatura al subrayar que a lo que aspira es a renovar la confianza de los ciudadanos. En un intento de trasladar una imagen de solidez, se refirió en varias ocasiones a la fortaleza y la estabilidad de su ejecutivo y, en un guiño a sus socios, se mostró dispuesto a adaptar el pacto de gobierno a la nueva situación económica, tal como demandan ERC e ICV. El presidente había entrado en el auditorio del Palau donde pronunció la conferencia Enfortir Cataluña flanqueado por José Luis Carod Rovira y Juan Saura.

El llamamiento a la unidad y al ejercicio colectivo de la solidaridad también fue una de las recetas que recomendó para hacer frente a la crisis económica, que retrató con enormes dosis de realismo al señalar que ésta puede ser más larga y profunda de lo que se está diciendo en la actualidad. Recordó las medidas de urgencia tomadas por el Gobierno para intentar paliar sus efectos y consideró que una de las grandes apuestas en la gestión del tripartito es la política social. Pero, sobre todo, explicó que el objetivo es cambiar el modelo productivo catalán apostando por la innovación y la investigación.

Como ya empieza a ser constumbre, Montilla introdujo en su discurso pinceladas del pensamiento pujoliano y consideró que Cataluña debe mantenerse «como un solo pueblo» para encarar el futuro. Tenemos que ser, vino a decir, un sólo pueblo para ser más fuertes, buscando la unidad política, la cohesión social y la cooperación con la sociedad.