«Cataluña, con su president y su Gobierno a la cabeza, no aceptará una minusvaloración política del Estatut».
13-04-2007-La Razón
Madrid- El presidente de la Generalitat, José Montilla, se desplazó ayer a Madrid para avisar de cuál será la actitud de Cataluña y de sus instituciones en caso de que el Tribunal Constitucional (TC) lleve a cabo un «recorte jurídico» del Estatut. «Tengan la seguridad de que Cataluña se unirá con una sola voz para poner en marcha las acciones y superar aquello que se hubiera invalidado», aseguró en uno de los desayunos informativos de Ep.
Hecho este augurio de unidad catalana -que implicaría un entendimiento con CiU-, Montilla enfatizó que su ejecutivo no renunciará a ninguno de los avances del autogobierno que reconoce el Estatut actual. Sin embargo, no anticipó qué estrategia seguirá para revertir una eventual sentencia adversa sobre el Estatut, ni confirmó sus insinuaciones de plantear una reforma de la Constitución para acomodar el texto catalán. «En su momento, si llega ese escenario, se hablará del tema», explicó. Así se refirió al famoso «plan B» que está urdiendo para contrarrestar una sentencia negativa y que aún no ha acordado con sus socios.
En cualquier caso, Montilla está absolutamente convencido de que la reforma catalana es constitucional y, por eso, subrayó que «Cataluña, con su president y su Gobierno a la cabeza, no aceptará una minusvaloración política del Estatut». Sin embargo, el titular de la Generalitat quiso dejar claro que acatará el fallo del TC, sea cual sea. «Acatar es una cosa y otra es utilizar los instrumentos que da el Estado de Derecho, remover los obstáculos y emprender las acciones para conseguir los objetivos de fondo», razonó. Es decir, que habrá acatamiento jurídico pero no político.
Para no ceder ni un gramo de autogobierno, Montilla cree que tiene de su lado al presidente del Gobierno. «Estoy convencido de que la voluntad política del Gobierno de España -manifestada en reiteradas ocasiones- sabrá vencer las herencias heredadas», dijo en alusión a las «resistencias iniciales» de la Administración y de los organismos del Estado.
A pesar de esto, el presidente catalán no se quiere precipitar ni aplicar medidas con carácter preventivo porque tienen «poco sentido». Pero lo cierto es que Montilla está examinando todas las alternativas jurídicas y políticas para salvaguardar el contenido del Estatut.
Su intervención concluyó con una cerrada defensa de un catalanismo «resistente, tenaz, pero sobre todo próspero y fecundo, que no se deja arrastrar por el fatalismo ni por el radicalismo».