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«Si de verdad se quiere un tiempo nuevo para la sociedad vasca, primero los de ETA tienen que quitarse las capuchas, tienen que disolverse», demandó ayer Maite Pagazaurtundúa en el homenaje ofrecido en Andoain a su hermano, Joseba, cuando se cumplen nueve años de su asesinato.
Un aniversario «más alegre» que los anteriores, según dijo, porque «se ha puesto nombre y cara» al asesino, Gurutz Agirresarobe, «que está en la cárcel y esperamos que por mucho tiempo».
Maite Pagaza, que acompañó a la viuda, Estíbaliz Garmendia, insistió en que hay que condenar la «historia del terror» para que los crímenes de ETA no queden impunes.