La normativa, aprobada sin el apoyo de ICV, veta la tercera hora y proclama la autonomía de Cataluña en la enseñanza
ESTHER ARMORA | BARCELONA
Después de algo más de un año de intensas reuniones, tres huelgas masivas y un tormentoso debate político que ha desgastado definitivamente las relaciones internas del tripartito, llegó el día «D» para la nueva ley educativa catalana, la primera que concede autonomía absoluta a esta Comunidad para gestionar su modelo de enseñanza y veta la tercera hora de castellano en los colegios.
El texto fue aprobado ayer en el Parlamento catalán con el apoyo de PSC y ERC y con la complicidad del principal grupo de la oposición (CiU), mientras que ICV, el tercer socio de triunvirato catalán, se desmarcó oficialmente de la propuesta evidenciando la desunión del Ejecutivo de Montilla en cuestiones de primer orden político. Tampoco avalaron la normativa, que libera a Cataluña del cumplimiento de las sentencias emitidas (TSJC y TS) en materia lingüística, PPC y C´s.
Escenificación impúdica
Lo que debía ser una jornada de consenso y fotos de grupo acabó siendo una escenificación impúdica de una nueva fuerza que emerge en el convulso escenario político catalán, la sociovergencia. Fue un día histórico por un doble motivo: por la aprobación de la primera ley catalana de educación y por el primer pacto a gran escala de una fuerza de gobierno con el principal partido de la oposición.
Una hora antes de empezar la sesión parlamentaria, el presidente de la Generalitat, José Montilla, se reunió con el principal líder de la oposición, Artur Mas, en el Palau de la Generalitat para sellar el pacto que ha dado lugar a la ley. El encuentro, con foto y apretón de manos incluido, retrasó el inicio de la jornada parlamentaria y acaparó toda la atención mediática. Se habló de educación, según afirman fuentes oficiales, aunque cuesta creer que la financiación y la crisis, dos asuntos de actualidad en los que ambos grupos mantienen posturas divergentes, se pasaran por alto.
Papel de segundones
El «vis a vis» entre Montilla y Mas no sorprendió a nadie y mucho menos a los ecosocialistas que llevaban meses denunciando los encuentros furtivos entre PSC y Convergencia. Pese a ser un pacto anunciado, tanto ICV como ERC asumieron con indignación su papel de segundones.
ICV ya había dejado claro que «no tragaría» con la imposición de CiU de ampliar los conciertos a los colegios que separan a los alumnos por sexos y se mantuvo fiel a sus principios. La diputada Dolors Camats (ICV) restregó a PSC y ERC que «hubieran preferido pactar con la oposición» a hacerlo con sus socios y mostró una foto de 2006 con todos los agentes sociales cuando se firmó el Pacto Nacional para la Educación, sobre el que dijo «debía germinar esta ley». CiU se congratuló de haber primado la responsabilidad política a los intereses de partido al pactar con el PSC. Esquerra se limitó a verlas pasar. De cara a la palestra aguantó el tipo, pero después en los corrillos no escondió su dolor por no haber sido protagonista. Maragall abandonó la Cámara con la sensación, según dijo, de haber vivido el mejor momento de su vida parlamentaria. Lástima que el resto de partidos y la comunidad educativa no compartieran esa percepción de triunfo. Se fueron con la sensación de «oportunidad perdida».
¿Qué cambiará en la escuela?
No habrá tercera hora
El artículo 51 de la ley fija que la competencia para el currículo corresponde exclusivamente a la Generalitat «salvo la formación común regulada por las leyes». Se da por sentado que elimina la tercera hora de castellano. Condición que ERC impuso a sus socios del PSC para apoyar la normativa.
Menos derechos lingüísticos
Hasta ahora, la Ley de Política Lingüística reconocía el derecho de los padres a escolarizar a sus hijos en la lengua materna durante cinco años. Ahora, el artículo 11.4 reduce este derecho a la atención individualizada durante un solo año.
Mayor autonomía
La ley dota de mayor autonomía pedagógica a los centros a la hora de diseñar el proyecto educativo, adaptando el currículum que determine el Gobierno autonómico en cada una de las etapas y enseñanzas.
Corresponsabilidad educativa
El texto define las prioridades de subvención para los centros concertados, y que se consideran de «atención preferente» los que aplican el principio de coeducación a través de la escolarización mixta. La ley busca la corresponsabilidad de la concertada por lo que respecta a la admisión de inmigrantes.
Nuevos conciertos para el bachillerato
La LEC abre las puertas a la concertación de las etapas de nuevas etapas de escolarización no obligatorias. El texto contempla que los conciertos lleguen al bachillerato y las subvenciones a las guarderías.
Exige a los docentes que dominen la cultura catalana
El artículo 106.2 de la ley exige a los profesores que quieran ingresar en la función pública no sólo que acrediten «el conocimiento suficiente y adecuado del catalán» sino que tengan «conocimientos sobre las instituciones y la cultura de Cataluña».
Cuerpos docentes propios
La ley contempla la creación de un cuerpo docente propio con oposiciones diferenciadas. La creación de un cuerpo docente propio no es inconstitucional, pero sí