El «aparato militar» de ETA se traslada al norte de Italia por razones «tácticas».
D. MARTÍNEZ, J. PAGOLA.
08-11-2006-ABC
El «aparato militar» de ETA, con su cabecilla Garikoitz Aspiazu Rubina, «Txeroki», al frente, se ha desplazado desde Francia al norte de Italia por razones «tácticas», según han informado a ABC fuentes conocedoras del «proceso». Los mismos medios califican la presencia de «Txeroki» y sus «lugartenientes» en el citado país como «permitida» por la Policía italiana. Al parecer, las fuerzas de seguridad tienen orden de Roma de vigilar y controlar, pero no intervenir salvo en el caso de que los etarras sean sorprendidos en delito flagrante. Todo ello con el conocimiento del Gobierno español, según estas fuentes.
Las fuentes consultadas interpretan la «acogida» de estos terroristas como un «gesto» de apoyo por parte de las autoridades de Roma al denominado «proceso de paz». Así, «Txerori», sus «lugartenientes» y demás pistoleros que integran el «aparato militar» habrían decidido replegarse al norte de Italia mientras siga en vigor el «alto el fuego permanente» anunciado por ETA el pasado 22 de marzo. Esta decisión respondería a la estrategia de «blindar» los «comandos» para eludir una eventual actuación policial y, al mismo tiempo, disponer de capacidad de actuar, en el caso de que se rompa la tregua. Mientras no tenga que enviar «comandos» a España y no tenga que dar las últimas instrucciones en la frontera, «Txeroki» no parece querer exponerse a utilizar la infraestructura que disponía antes del alto el fuego en territorio francés. Lo que ocurre es que distintos servicios secretos europeos han detectado de inmediato este desplazamiento del «aparato militar» al norte de Italia.
Se da la circunstancia de que el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana, a petición del presidente del Gobierno, además de formar un equipo de mediadores internacionales», se ha entrevistado con responsables de los servicios secretos de varios Estados miembros de la UE para hacer un seguimiento de los etarras por el viejo continente y, al mismo tiempo, preparar el terreno para que algunos de esos países acojan a terroristas en libertad, en caso de que el alto el fuego permanente se convierta en abandono definitivo de la actividad terrorista.
Potenciar al «negociador»
Los asesores de la Moncloa consideran que a estas alturas un descabezamiento, aunque parcial, de la banda introduciría un elemento en el denominado «proceso de paz» con consecuencias imprevisibles. El Ejecutivo cree disponer ya de una «hoja de ruta» cerrada, y prefiere no cambiar el «guión» con un paso arriesgado, como podría ser el desmantelamiento del «frente militar».
Esta teoría se opone a la que tradicionalmente han mantenido los expertos antiterroristas, que siempre han considerado que la captura de los que rechazan con contundencia o, al menos, se resisten al abandono de las armas -caso de «Txeroki»- lo que hace es reforzar la postura de los «negociadores» -caso de «Josu Ternera»- partidarios de finiquitar ETA.
Así las cosas, de momento «vigilar y controlar», no intervenir. Esa es la consigna recibida por los agentes antiterroristas italianos. Con ello, Roma considera que cumple su compromiso con Zapatero.
En la visita que el primer ministro italiano, Romano Prodi, realizó a Madrid el pasado mes de octubre, lo dejó claro. Prodi, sin mediar pregunta alguna de periodistas, declaró: «Ha sido para mí una gran satisfacción poder ver el progreso de las negociaciones para la paz, que es un proceso fundamental para el desarrollo futuro de nuestros países». «Estamos en un contexto internacional que lo favorece», comentó Prodi. Dicho esto, añadió: «Sentimos la necesidad de pertenecer a una única realidad. Problemas que tienen que ser resueltos con un espíritu de cooperación. Creo que esta es la visión y espero que todos los progresos que hemos hecho hasta ahora se consoliden y sean definitivos».
Pero mientras los jefes de Gobierno de algunos países de la UE respaldan la negociación abierta entre Zapatero y ETA, desde la Policía francesa llegan informaciones alarmantes que no encajan bien en un «proceso de paz». Así, los agentes han detectado un desplazamiento de los movimientos logísticos de la banda del País Vasco francés al sureste, en concreto hacia la zona de influencia de Nimes. Cerca de ese municipio, ETA robó recientemente 350 armas cortas. Además, en esa parte del vecino país la Policía gala ha detectado intensa actividad de la banda, como robo de coches, adiestramientos e incluso la formación de nuevos «comandos».
Las fuentes consultadas no descartan que ese desplazamiento de la reorganización de ETA al sureste de Francia sea consecuencia del traslado de «Txeroki» al norte de Italia para, de esa forma, estar, jefe y pistoleros, más cerca.