Educación les amenaza con dejarles sin plaza en los centros escolares elegidos para el curso 2008-2009. Según el parlamentario del PP y presidente de la Fundación DENAES, se pretende desincentivar así la petición de los modelos B y A, a la vez que camuflar la amplia demanda de Castellano en algunos centros escolares concretos.

7-4-2007 – LA RAZÓN
Carmen Morodo
Madrid- Cada nuevo curso escolar se da otra vuelta de tuerca por parte de la Administración vasca para imponer la enseñanza exclusivamente en euskera, pese al auto del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que reconoce el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular para sus hijos.
Según ha contrastado LA RAZÓN, en el curso 2008-09 los padres se han encontrado al ir a formalizar las matrículas en los colegios concertados, incluso en los religiosos, con una nueva estrategia de intimidación por parte de Ajuria Enea. Es decir, que la cuerda se ha tensado hasta el punto de que se puede elegir si se estudia o no religión, pero ya no se puede ni siquiera solicitar en qué lengua se quiere que se haga.
Si se condicionaba la oferta, ahora también se censura la demanda, ya que la nueva instrucción coarta incluso de antemano la elección, sobre todo si se apuesta por la casilla del modelo A (enseñanza exclusivamente en castellano).
Hasta ahora, lo habitual era que los padres pudieran elegir un modelo distinto a la inmersión en euskera, bien el castellano o el bilingüe, aunque no existiese oferta en el colegio, y luego éste decidía la admisión del alumno en función de todos los baremos exigidos.
De cara al próximo curso, quien pide el modelo A es derivado directamente a la Delegación Territorial de Educación, para que allí se estudie individualmente cada una de las solicitudes. «En aquellos casos en que se solicite exclusivamente modelos lingüísticos no ofertados por el centro, las solicitudes se remitirán a la Delegación Territorial para su tramitación, por lo que no aparecerán en las listas de este centro», dice textualmente la orden emitida por el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Ejecutivo vasco. A modo de separata informativa se adjunta a las hojas oficiales de solicitud de inscripción en los centros escolares.
En la práctica, la consecuencia es que las solicitudes que no se ajustan al modelo de homogeneización en euskera acabarán siendo derivadas a los colegios más problemáticos. Es decir, a centros públicos copados en buena medida por hijos de inmigrantes o de familias desestructuradas. Por tanto, no sólo no se respeta el derecho a elegir la lengua de la enseñanza de los hijos, sino que quien pide hacerlo se queda también sin ninguna posibilidad de acceder al colegio seleccionado en primera instancia.
Desincentivar
La advertencia de remitir las solicitudes de enseñanza en castellano a la Delegación Territorial de Educación busca, según el parlamentario del PP Santiago Abascal, desincentivar la petición de los modelos B y A, a la vez que camuflar su amplia demanda en algunos centros escolares concretos.
En esta batalla de la lengua, el PP ha decidido hacer causa, entre otras reivindicaciones, con que se conozca fielmente la demanda exacta de los padres en todos los centros educativos del País Vasco. Y que en donde la de un modelo no ofertado sea suficiente, se abran las líneas educativas correspondientes para cubrir las peticiones. En esa dirección apunta la última iniciativa parlamentaria al respecto registrada en el Parlamento vasco.
De perfil ante el problema
Entretanto, los socialistas están de perfil ante este problema: si no les queda otro remedio que posicionarse con cierta firmeza en el País Vasco, lo hacen, pero su actitud es pasiva e intentan evitarlo porque se sienten incómodos. Saben que si tienen que negociar con el PNV un Estatuto, este asunto estará encima de la mesa, ya que los nacionalistas quieren la obligatoriedad del conocimiento del euskera en el nuevo texto, igual que ocurre con el catalán.
Según Abascal, «el PSE mantiene una posición contradictoria. Por un lado aparenta en el Parlamento vasco defender la libertad lingüística de los padres, pero, por otro, tolera que, por ejemplo, en el Ayuntamiento de San Sebastián se condicione y se dirija a los padres hacia la inmersión lingüística». Los socialistas vascos también han evitado que las Juntas Generales de Álava se posicionen con nitidez en la defensa de los derechos lingüísticos de los castellano-hablantes.
La situación está llegando a tal extremo que ha empezado un goteo de padres que huyen del País Vasco para escolarizar a sus hijos en comunidades limítrofes, como es el caso, por ejemplo, de los alaveses que han elegido la localidad burgalesa de Miranda de Ebro.