Una ETA bravucona por la última ofensiva terrorista, que no esconde su debilidad operativa, asegura que los últimos atentados tienen como objetivo forzar una negociación política con el Gobierno, al tiempo que redobla sus amenazas al PSOE y PP, al advertir a «la ciudadanía» que no frecuente sus sedes.
S.N. | MADRID
Una ETA bravucona por la última ofensiva terrorista, que no esconde su debilidad operativa, asegura que los últimos atentados tienen como objetivo forzar una negociación política con el Gobierno, al tiempo que redobla sus amenazas al PSOE y PP, al advertir a «la ciudadanía» que no frecuente sus sedes.
El comunido, difundido ayer por el medio habitual de los terroristas, el diario «Gara», refleja la obsesión de la banda por aparentar, en pleno proceso de degeneración, una supuesta capacidad operativa y demostrar, tanto ante el Ejecutivo de Zapatero como ante sus bases que la vía policial no solucionará el conflicto vasco. Más bien al contrario, urge la negociación. La estrategia de sacar pecho donde no lo hay ya la adelantó en la entrevista que dos encapuchados ofrecieron, cómo no, a «Gara». En ella, anunciaban que «antes del verano acabaremos un proceso reflexivo y asambleario cuya finalidad consiste en fijar una estrategia político-armada eficaz». Los «dienteputos» recordaban que «estamos en un tiempo de confrontación abierta», que ha provocado una «ofensiva represiva».
Así, en el comunicado, ETA se confiesa autora de los asesinatos del inspector Puelles y de los guardias civiles Sáenz de Tejada y Salva, así como de los ataques a la sede del PSE en Durango y del intento de matanza, con niños incluidos, en la casa cuartel de Burgos.
En ese tono bravucón, y respondiendo al ministro del Interior que calificó el coche bomba de Burgos como atentado «frustrado», asegura que «lo único que se ha demostrado frustrado y estéril en estas últimas semanas, como en los últimos años, es la estrategia represiva y las vías policiales». Llegado a este punto, se jacta de que la furgoneta bomba «estuvo aparcada durante medio día y cargada de explosivos en el aparcamiento del cuartel más grande que tiene la Guardia Civil en las inmediaciones del País Vasco», pese a ser «el vehículo que todas las policías han estado buscando».
Tanta bravuconada, tanto envalentonamiento para decir (desde esa ficticia posición de fuerza) que su objetivo es forzar «un proceso democrático que supere la opresión de Euskal Herria». Mientras, «a la imposición con las armas de España le hacemos frente con las armas». «Lo que ETA lleva buscando durante largas décadas –señalan los terroristas– es una solución política y dialogada que haga materializables todos los proyectos políticos de manera democrática».
En otro momento, arremete contra el PNV y Nafarroa Bai que, tras los asesinatos de Calviá, mostraron su apoyo a la Guardia Civil, a través de una declaración del Congreso que incluía un reconocimiento a su «labor y sacrificio permanente en defensa del Estado de Derecho». Por último, la banda pide a los ciudadanos que extremen la precaución cerca de las sedes del PP y PSOE, en lo que es una amenaza a ambos partidos.
Nuevo homenaje a Francisco Casanova
Nueve años después de ser asesinado por ETA, los vecinos de Berriozar rindieron ayer un homenaje al subteniente del Ejército de Tierra Francisco Casanova al que asistió el presidente de Navarra, Miguel Sanz. «Sólo desde la acción policial y desde la defensa del Estado de Derecho podremos acabar con esta lacra», dijo Sanz en el acto al que no acudió el alcalde de la localidad, Xabi Lasa, de Nafarroa Bai.