El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reveló ayer que el comando de información de ETA desarticulado el martes en Guipúzcoa había seguido a dos guardias civiles cuando llevaban a sus hijos al colegio para preparar atentados contra ellos. «Este hecho es significativo de la catadura moral de los miembros de la banda», calificó Rubalcaba.
18.12.08 – ÓSCAR B. DE OTÁLORA| BILBAO
El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reveló ayer que el comando de información de ETA desarticulado el martes en Guipúzcoa había seguido a dos guardias civiles cuando llevaban a sus hijos al colegio para preparar atentados contra ellos. «Este hecho es significativo de la catadura moral de los miembros de la banda», calificó Rubalcaba.
La información sobre los seguimientos procede del ordenador de Xabier López Peña, ‘Thierry’, el jefe de la organización arrestado el pasado mayo. En sus archivos se localizó diversa documentación sobre propuestas para cometer atentados que las investigaciones policiales permitieron atribuir a un grupo de cuatro personas arrestadas en San Sebastián y Pasaia. En este sentido, dos de los detenidos tenían su residencia en el barrio donostiarra de Intxaurrondo, el mismo en el que se encuentra el principal acuartelamiento de la Guardia Civil en Guipúzcoa y donde viven numerosos agentes del instituto armado. Asimismo, una de las arrestadas trabajaba en una guardería a la que cada día llevaba a su hijo uno de los funcionarios a los que se habían hecho seguimientos, según fuentes de la investigación.
El comando, por otra parte, también había entregado a la dirección de la banda datos sobre ertzainas, un policía de Vizcaya y cargos del PP. El ministro aseguró ayer que los informadores habían investigado a posibles objetivos en una «doble dirección». Según Pérez Rubalcaba, los acusados tomaban la iniciativa a la hora de seguir a sus posibles víctimas, pero también recibían órdenes de la dirección de la banda para recopilar datos.
Los arrestados el martes por la Guardia Civil fueron Arkaitz L., de 31 años; June V., de 23 años; Saioa U, de 29 años y Julen E., de 30. Dos de ellos, Arkaitz L. y Julen E., formaron parte de las listas ilegalizadas de la izquierda abertzale en las elecciones municipales del año pasado. El primero de ellos era también informático del diario ‘Gara’. En el domicilio de los detenidos se incautó abundante material en formato digital. Fuentes de la investigación señalaron que los contenidos localizados en poder de los arrestados se están cotejando con los archivos localizados en manos del dirigente de ETA para establecer su autoría. Los cuatro acusados permanecen en dependencias de la Guardia Civil en Madrid y en las próximas horas serán puestos a disposición de la Audiencia Nacional.
El ordenador de ‘Thierry’ está siendo el origen de numerosas operaciones emprendidas por las fuerzas de seguridad desde la detención del jefe etarra. En el mes de junio, la Guardia Civil ya detuvo a dos empresarias guipuzcoanas acusadas de haber pagado de manera voluntaria a la banda terrorista. Su acusación se basó en textos encontrados en poder del miembro de la cúpula etarra. Esta detención fue seguida de otras investigaciones contra empresarios extorsionados por supuestos pagos a la banda.
Bomba lapa
En función de los avances en la decodificación de los archivos de ‘Thierry’ se fueron descubriendo más datos sobre la organización. El mes pasado, el Ministerio de Interior comenzó a advertir a varias personas de que los terroristas tenían planes para atentar contra ellas. Según fuentes de la investigación, una de las acciones cuya planificación estaba más avanzada era un ataque con bomba lapa contra una persona que había formado parte en el pasado de las listas del PP de Azpeitia y que en la actualidad trabaja como escolta.
Asimismo, en el ordenador del dirigente de la organización se encontraron datos sobre dos cargos del mismo partido en Álava y de un edil popular de la margen izquierda. En este caso, sin embargo, eran escasos y se limitaban a informaciones sobre nombre, apellidos, cargos que había ostentado y la dirección de su casa. Las fuerzas de seguridad creen que la investigación sobre la computadora irá desvelando más datos sobre la banda de forma paulatina.