Responsables de Esquerra Republicana de Cataluña reconocieron ayer que el acuerdo alcanzado entre la Generalitat y el Gobierno para reformar el sistema de financiación autonómica inaugura «un nuevo escenario político» que desbloquea las relaciones con el PSOE, el entendimiento con el Ejecutivo y les permite incluso participar en la negociación de los Presupuestos de 2010.

14.07.09 – A. TORICES| MADRID. COLPISA

Responsables de Esquerra Republicana de Cataluña reconocieron ayer que el acuerdo alcanzado entre la Generalitat y el Gobierno para reformar el sistema de financiación autonómica inaugura «un nuevo escenario político» que desbloquea las relaciones con el PSOE, el entendimiento con el Ejecutivo y les permite incluso participar en la negociación de los Presupuestos de 2010.

Los líderes independentistas aclaran que, pese al acuerdo, Zapatero no debe interpretar que va a tener en ERC un socio de legislatura, pero creen que el nuevo escenario sí acaba con la falta de colaboración parlamentaria de los últimos meses. Las mismas fuentes señalaron que el acuerdo de financiación «no lo arregla todo», porque la lista de reivindicaciones de los nacionalistas incluye más aspectos. La solución al modelo de financiación puede sacar al Ejecutivo de la situación de debilidad parlamentaria que le llevó a perder once votaciones en el Congreso en los tres últimos meses. El propio presidente del Gobierno reconoció ayer que es «probable» que el acuerdo dé más estabilidad parlamentaria a su gabinete.

El Ejecutivo no sólo ha logrado que los tres parlamentarios de ERC estén más dispuestos a apoyar sus proyectos sino que también ha aumentado su confianza con Iniciativa Per Catalunya, que incluye a Izquierda Unida. El abanicó del Ejecutivo para sumar los 176 votos que le permitirán aprobar los Presupuestos de 2010 en el Congreso se ha ampliado y simplificado de forma notable. Para sacar adelante las cuentas públicas, les hacen falta siete votos adicionales a los de su grupo. La estabilidad del Gobierno se podría consolidar de manera casi definitiva si los socialistas vascos aceptasen el pacto presupuestario y de estabilidad ofrecido por el PNV para las instituciones vascas.