«No era fácil explicar el Estatuto en Génova, pero merecía la pena».
JOSE LUIS JIMÉNEZ
21-01-2007-ABC
Alberto Núñez Feijóo_ Presidente del Patrtido Popular de Galicia
Seis horas de reunión en Monte Pío, un año de trabajo en el Parlamento, pero se ha quedado Galicia sin Estatuto…
Sí. Tampoco hay que dramatizar. Si llega a aprobarse el miércoles habría sido el Estatuto más rápido de la historia. No es para rasgarse las vestiduras, pero sí una oportunidad perdida.
¿Se ha querido ir demasiado deprisa en la reforma del Estatuto?
Se ha sido un poco frívolamente. Porque decir que el problema era la palabra nación y mantenerlo todavía es una frivolidad. Ese nunca fue el obstáculo. Como Touriño y Quintana sabían que el PP no acepta Estatutos de nación porque entiende que España no es un Estado plurinacional, dijeron «vamos a ver si le echamos la culpa del fracaso del proceso, del mismo modo que le hemos echado la culpa por los incendios, las riadas y todo lo que sucede en Galicia». Un presidente debe ser institucional, buscar puentes con la oposición, y no demonizar al PP. Es difícil hablar con un personaje de éstos.
Tal como lo pinta, la anunciada «propuesta de consenso» de Touriño y la cita de Monte Pío eran una encerrona…
Prefiero huir de eso, salvo que este debate suba de tono. Lo que sí digo es que el PSOE cambió su propuesta, porque habían pactado inicialmente con el BNG «carácter nacional» y «nación de Breogán», como una alegoría simbólica al himno, y endurecen su postura hasta la «nación común de todos los gallegos». Lo que sí está claro es que ellos pactan endurecer la postura a sabiendas que el PP había dicho desde el principio que España no es un Estado plurinacional.
¿Está dispuesto a retomar el diálogo con un Touriño que plantea que esa «nación común de todos los gallegos» es el mínimo exigible en cuestión identitaria?
Creo que el presidente de la Xunta debe de curarse de su disgusto personal, reflexionar. El PP lo que tiene que hacer es negociar, no imponer, del mismo modo que tampoco va a aceptar imposiciones porque tampoco las hemos planteado. De todos modos, si esa propuesta de mínimos hay que aceptarla y no negociarla, ¿para qué me convoca? Que me la mande por correo y con acuse de recibo y le digo si se la acepto, se la rechazo o se la enmiendo.
¿Cree que es un fracaso del gobierno bipartito?
Si se lo marcó como prioridad, evidentemente es un fracaso. Tampoco voy a eximirme de responsabilidades. Me hubiese gustado aprobarla. Insisto, para mí estamos en el descanso del partido. Si quieren volver a llamar al PP, negociaremos. Si quieren demonizarlo y no hablar con él, es su problema. Es una forma de entender la política que tiene el bipartito.
¿Han sido lengua y nación un señuelo para conseguir un «estatuto barato», como dijo usted el jueves?
Sin duda. El PSOE tiene un problema, y es que el señor Solbes ha cambiado su criterio. Probablemente porque después de pactar el Estatut se dio cuenta que todo sumado no casaba cien, y ya le sacaron además los 2.000 millones de Baleares, con lo cual era muy difícil hacer las obras del Plan Galicia que son 12.500 millones. El mejor escenario del PSOE era que los temas financieros no salieran. Y para eso, probablemente, ha caído en la tentación de utilizar lo que el BNG pedía y la mayoría de la sociedad gallega no asume. Pérez Touriño, con el no al Estatuto, evita obligar al Estado a invertir en Galicia, y consigue mantener simultáneamente sin riesgos su gobierno. Pero el problema es que aquí pierde Galicia, y encima pretende echarle la culpa a un tercero.
¿Le preocupa, como dijo también el jueves, que el BNG en Galicia mande demasiado?
Me preocupa. Si después de unas elecciones el partido menos votado es el que más manda, en esta democracia pasa algo. Que Touriño no cuente conmigo para que las minorías impongan sus criterios a las mayorías. En democracia, el consenso es una hermosa palabra, pero debe ser proporcional a la representación que tiene cada uno. Esto no era un consenso, era un trágala, era un «o aceptas esto o no hay Estatuto», y por ahí no pasamos.
El ex presidente Fraga ha pedido una convocatoria de elecciones anticipadas tras el fracaso del Estatuto…
Creo que el presidente Fraga, que es uno de los pocos estadistas que quedan en España, ha entendido el mensaje de que el señor Touriño tiene dificultades para liderar el país, y a lo mejor la sociedad gallega debería valorar esa hipótesis. Porque podríamos seguir así hasta el final de la legislatura.
¿Era fácil explicar el Estatuto del «sentimiento nacional» en Génova?
No, para qué lo vamos a negar, pero son los riesgos que tiene uno. Yo estaba convencido de que el partido, una vez que se le hubiese explicado lo habría entendido, pero yo creo que merecía la pena que el BNG se uniese al arco institucional gallego. Yo creo que esa fórmula no bordeaba la Constitución, por eso la planteé. Salvaguarda el Estado constitucional, y estoy convencido de que si llegásemos a una fórmula parecida y pudiese explicárselo a quien pudiera albergar dudas, no las tendría.