Se estima que lo aprobará por decreto, de urgencia, en el Consejo de Ministros del próximo viernes. «Cataluña ha conseguido en unos días lo que aquí llevamos reclamando cuatro años», dicen fuentes del Consell valenciano.


M1-1795014877--253x190.jpg14-4-2008 – LAS PROVINCIAS (VALENCIA)

M. J. C., VALENCIA

El Gobierno cierra previsiblemente hoy, dos días después de asumir su cargo, un acuerdo con la Generalitat catalana para construir un trasvase del Ebro a Barcelona. Se estima que lo aprobará por decreto, de urgencia, en el Consejo de Ministros del próximo viernes. El Ejecutivo socialista dice que esta infraestructura, a la que no quieren denominar trasvase, tiene como objetivo solucionar los problemas de abastecimiento de agua de Barcelona.

El conseller de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, se mostró a favor del trasvase a Barcelona, pero pidió una infraestructura igual para la Comunitat. García Antón ya ha anunciado las primeras medidas porque «es indignante que a base de decretos sin consenso ni planificación Zapatero vuelva a marginar y perjudicar los intereses de los valencianos».

Y la primera medida que tomará el Consell es recuperar una propuesta que ya realizó al Ejecutivo socialista en el que asumía la financiación de la infraestructura, es decir, de toda la conducción, desde Tarragona hasta Alicante.

No contó en ese momento con el visto bueno del Gobierno central, pero tras anunciar el trasvase a Barcelona, el Consell cree que es el momento de recuperar ese proyecto y retar a Zapatero a que rechace la proposición de la Generalitat.

Además del anuncio de Camps de convocar una minicumbre de dirigentes populares damnificados, como el presidente de Murcia, Ramón Valcárcel, García Antón solicitará en los próximos días una reunión con la nueva ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, con el objetivo de plantear esta propuesta. Sin embargo, antes ya ha anunciado que tendrá un encuentro con los usuarios para coordinar actuaciones y escuchar sus necesidades.

Y es que en la Comunitat Valenciana hay mucho más que indignación. «Cataluña ha conseguido en unos días lo que aquí llevamos reclamando cuatro años», dicen fuentes del Consell.

El inicio de la segunda legislatura de Zapatero es para los valencianos «igual de malo que el primero», aseguran estas fuentes. El presidente «ya está perfilando cuál es su programa para la próxima legislatura», dice el secretario general del PP en la Comunitat, Ricardo Costa.

Los usuarios, preguntados por la intención del Consell de asumir la construcción de la tubería y ver quién asumiría los costes del caudal que discurriera por esa conducción, muestran sin embargo reticencias.

«Nosotros queremos agua en cantidad, de calidad y barata», dijo ayer el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado. Para ello, «estamos dispuestos a asumir parte del coste, pero el Gobierno central es el que debe pagar la infraestructura», explicó.

El secretario general de la Unió, Josep Botella, aseguró por su parte que desde su organización agraria siempre han defendido un minitrasvase del Ebro a Castellón, aunque dejó en duda la viabilidad de la propuesta del Consell de asumir la financiación del trazado por la Comunitat.

Tanto en la Unió como en AVA se muestran «indignados» ante la intención del Gobierno de llevar agua del Ebro a Barcelona. «Es una forma más de ofender a los valencianos. Se demuestra una vez más que el Gobierno gobierna solamente para unos y no para todos», lamentó Aguado.

El presidente de AVA se preguntaba ayer por qué el Ejecutivo no retoma «de una vez por todas el Plan Hidrológico Nacional», ahora que está recuperándolo en parte. Aguado recordó así que la construcción de una tubería que dará agua a Barcelona también formaba parte del trasvase derogado en 2004 por el Gobierno.

Sin embargo, desde el PSPV alegan que no se trata del mismo proyecto, sino de una conducción al aire libre, provisional y reversible. Funcionará en seis meses, y será desmontada cuando entre en funcionamiento la desalinizadora de Llobregat, prevista para abril del próximo año.

Es decir, esta tubería, a la que no quieren denominar trasvase, se construirá en seis meses para llevar agua a Barcelona durante medio año, hasta abril de 2008. El Ministerio de Medio Ambiente se gastará así 178 millones de euros en la conducción provisional que será desmantelada después de que se inaugure la planta de Llobregat, dentro de un año. Siempre y cuando las obras del trasvase empezaran de inmediato.

Desde el Consell reivindican que el Gobierno construya también una conducción provisional y reversible para la Comunitat como la que se va a aprobar para Barcelona. «Queremos lo mismo», dicen desde la Generalitat.

Desde el Ejecutivo catalán insistieron en que esta tubería solamente estará en funcionamiento mientras se mantenga la situación de emergencia, y si en otoño no llueve lo suficiente para aliviar la situación de desabastecimiento que sufre Barcelona.