En cambio, se pudieron escuchar 10 ó 12 compases del himno británico. Continúa la ocultación interesada de los símbolos nacionales.


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18-2-2008 – La Razón

El concierto conmemorativo del Bicentenario de la Guerra de la Independencia, el pasado martes 12 de febrero, era el colofón a una jornada repleta de homenajes a todos los que se levantaron contra el enemigo y a los que murieron luchando por España. Ese día arrancó con una parada militar que estuvo presidida por Sus Altezas Reales, los Príncipes de Asturias, en la que desfilaron, con uniformes de época, cinco pelotones de los países que combatieron en aquella Guerra -España, Francia, Gran Bretaña, Polonia y Portugal-. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, señaló en aquella festiva jornada que la contienda «consolidó de manera decidida el sentimiento nacional», sentimiento que parece se olvidó horas más tarde.

Como fin de fiesta a ese día cargado de actos conmemorativos se celebró por la noche un concierto en el Auditorio Nacional. Sin embargo, algo echaron en falta los oídos de los asistentes, la gran mayoría de ellos militares. Sonaron jotas y canciones populares, pero no las notas que deberían interpretarse en un día tan significativo: el himno de España.

La decisión de eliminar estos acordes se remonta al día anterior, durante los ensayos en la Escuela de Música de Pinto con el coro y los dos solistas, José Manuel Montero y Cecilia Gallego, dirigidos todos por el el teniente coronel de la banda de música del Regimiento Inmemorial del Rey nº 1, que fue quien eligió muchos de los temas a tocar. Los músicos repasaron el repertorio que iban a interpretar, entre el que había marchas, canciones populares y jotas. Además, también ensayaron aquellos temas que incluirían como colofón, como «propina». Entre ellas destaca una jota cuya letra dice: «Quien oyendo un Viva España con un Viva no responde, si es hombre no es español y si es español no es hombre». Todo transcurría según lo planeado, incluso la escenificación por parte del coro del himno nacional. Pero una carta del Ministerio de Defensa cambió el programa en el último momento.
En ella se decía que dicha canción no tenía hueco, que no daba lugar a su interpretación. Y añadía que tampoco debían tocar el himno español, el cual acabó sustituyéndose por la novena sinfonía de Beethoven, el famoso Himno de la Alegría.

La decisión resulta extraña, pues se permitieron otras estrofas como «Virgen de Atocha dame un trabuco para matar franceses y mamelucos» o «La Virgen del Pilar dice que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa» -estando presente el embajador de Francia, Bruno Delaye-. Y para colmo de los asistentes, durante el concierto se pudieron escuchar 10 ó 12 compases del himno británico, los que están incluidos en «La batalla de Vitoria», también de Beethoven.