En 2009 la banda ejecutó un plan para reanudar el terrorismo si fracasaba la alianza con EA o se ilegalizaba

Material intervenido a los terroristas hace dos semanas en Legarreta
I. REYERO / J. PAGOLA / MADRID
Día 28/04/2011
JOSÉ MARI LÓPEZ
ETA se reserva la reanudación de la actividad terrorista en caso de que el Gobierno responda con «nuevas ilegalizaciones» a sus intentos de «acumular fuerzas soberanistas» bajo el tutelaje de las pistolas. «Tenemos que tener “ekintzas” (atentados) preparadas», dicen los criminales.
Estos planes constan en una comunicación remitida por la banda a un «comando» en abril de 2009, cuando Batasuna y EA se embarcaron en las primeras negociaciones para una alianza independentista. El documento ha sido aportado por la Guardia Civil a la Fiscalía como una prueba más, pero especialmente contundente, de que ETA está detrás del alumbramiento de Bildu, a la que intenta blindar con su actual tregua estratégica. El pasado 16 de enero, Batasuna, EA y Alternatiba —orden de colocación conforme a su potencial electoral— presentaron en Vitoria la plataforma «Euskal Herria Ezkerretik» (Euskal Herria desde la izquierda), el embrión más inmediato de Bildu. Pues bien, seis días antes, ETA anunciaba el «alto el fuego permanente» para facilitar la puesta en marcha de esa alianza con vocación electoral.
«Dar leña, tender la mano»
Pero hay precedentes cercanos que demuestran que la banda se mantiene preparada para reanudar la actividad terrorista si no prosperan sus intentos de colarse en las instituciones. La carta fechada en abril de 2009, remitida por «Tinka» —jefatura del «aparato militar»— al «comando Ezuste» desvela que ETA ha declarado treguas tácticas para favorecer pactos de Batasuna con otras fuerzas soberanistas. Así, se indicaba a los pistoleros que, como norma general, al enemigo «tendremos que golpearlo con fuerza para que se dé cuenta de la esterilidad de su estrategia». Pero en aquella coyuntura de 2009, cuando Batasuna y EA se encontraban en plenas negociaciones para concurrir en alianza a las elecciones europeas tras haber fracasado los intentos de ir juntos en las autonómicas, los cabecillas advertían de que dejando en sususpenso la «lucha armada», «tendremos que agrupar las fuerzas que puedan estar a favor de la liberación de este pueblo». En definitiva, «lo de siempre, dar leña mientras extendemos la mano».
«Lo que en las autónomicas estuvo a punto —informaban los cabecillas a los pistoleros—, puede salir adelante en las europeas. Hay posibilidad de que las fuerzas a favor de la independencia, o algunas porque para Aralar no habrá sitio, se presenten unidas a las europeas». «Si esta opción sale adelante —instruía ETA a sus pistoleros—, la Organización, además de dar muestras de una actitud favorable a la misma, también hará su aportación». La citada aportación consistía en dejar en suspenso las «ekintzas» entre el 24 de abril al 7 de junio de 2009, periodo limitado según la banda, porque si permanecían más tiempo «sin dar leña al enemigo por hacer cualquier movimiento interesante, la cagamos». «Esta aportación —la de la tregua táctica— se hará en el caso de que salga adelante la plataforma entre las fuerzas abertzales». Al final, las negociaciones se rompieron y días después ETA atentó contra un repetidor de telefonía de Cantabria.
Pero en la misma comunicación, la banda lanzaba una amenaza que bien podría tener vigencia en la actual coyuntura. «Hay grandes posibilidades de que se lleve a cabo esa unión de fuerzas independentistas y que el enemigo responda con nuevas ilegalizaciones. Si las cosas son así, este pueblo tendría que responder con la lucha». En tal caso, reanudaría la actividad terrorista incluso antes del 7 de junio, fecha dada como plazo, y sin previo aviso. Así pues, ordenaba al «comando», que «tenemos que tener ekintzas (atentados) preparadas, pues no se prevé ningún gesto, al contrario» por parte del Gobierno.
La historia de 2009 se repite ahora, aunque ha llegado más lejos: Batasuna firma con EA y Alternatiba, excluyendo a Aralar, como pedía la banda, un «sujeto electoral», que podría ser ilegalizado. ¿Tiene preparada ETA la «ekintza»?