Es intolerable que se haya aprobado la «Ley de Violencia de Género» y que el Tribunal Constitucional haya avalado una ley en la que los hombres son culpables, de entrada, por serlo. Y es que son razones ellas mismas sexistas las que han dejado fuera del ámbito de la famosa «Ley de Violencia de Género» a los varones, que los hay, que son maltratados por sus parejas, varones o hembras, precisamente hoy que tanto se habla del «matrimonio gay».
Ayer se celebró el Día contra la llamada «violencia de género». En España, por lo visto, lográndose el acuerdo en el Congreso de los Diputados ante una proposición no de ley presentada por el PP en la que se pidió al Gobierno que aumente el número de policías destinados a proteger las mujeres maltratadas e incremente los juzgados especializados en «violencia de género».
En efecto, tenemos la experiencia de que una ley especialmente pensada para este tipo de crímenes es simple «papel mojado» al no estar respaldada con los medios adecuados para evitar estas terribles situaciones.
Con todo, no deja de ser uno de los principales males de esta ley el de su propia confusión conceptual a la hora de determinar el ámbito de su objeto. Y creemos que no poco tiene que ver este grave fallo en el hecho de que en muchos casos se tengan dificultades para aplicarla.
Aparte de que la palabra «género», nada menos que en el título de la ley, de entrada ya está mal utilizada, porque no significa «sexo» en español, y menos debiera identificarse sin más con «sexo femenino», si leemos bien su articulado, en él se dice que este maltrato de los hombres contra las mujeres es una manifestación concreta, contra la cual humildemente actuaría la ley, de algo mucho más «profundo» como son las «relaciones de poder» entre el hombre y la mujer, ellas mismas, secularmente, de desigualdad y discriminación.
Es intolerable que se haya aprobado, a pesar de las demandas contra ella, y que el Tribunal Constitucional haya avalado una ley en la que los hombres son culpables, de entrada, por serlo. Y es que son razones ellas mismas sexistas las que han dejado fuera del ámbito de la famosa «Ley de Violencia de Género» a los varones, que los hay, que son maltratados por sus parejas, varones o hembras, precisamente hoy que tanto se habla del «matrimonio gay».
Y a propósito de todo ello, aprovechamos para dirigir una felicitación en la conmemoración del día de ayer a los periodistas Antonio Muñoz Molina y Hermann Tertsch. Dos hombres, periodistas, que desde sendos medios de prensa, defendieron de lo que podría denominarse un maltrato verbal machista, repugnante para cualquier hombre o mujer, a cualquier hombre o mujer que leyera el artículo de Almudena Grandes sobre la discutida Madre Maravillas.
Es el mejor ejemplo que la realidad nos ha podido brindar para que se vea cómo la violencia contra las mujeres la pueden ejercer las propias mujeres.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA