Zapatero afirma, como prueba del catastrofismo alarmista sostenido por Mariano Rajoy, que España de hecho no se ha roto; de lo que se deduce, según ese curioso razonar aliciano, la inexistencia de la amenaza…

Lo que más nos ha llamado la atención del debate celebrado ayer entre el actual Presidente del Gobierno y el líder del principal partido de la oposición, es la estrategia fabulosa seguida por Zapatero. Z no reconoce la amenaza secesionista (terrorista o no) dirigida actualmente contra la Nación española, acusando de catastrofismo y alarmismo (apocalíptico, dijo Zapatero literalmente) al líder del PP en cuanto que este, sencillamente, menciona los hitos que el secesionismo tiene en efecto planteados: los más evidentes, los dos referendos de “autodeterminación” ya programados y con fecha, uno de ellos, planteado por parte del presidente de la comunidad autónoma vasca de manera inminente (octubre de 2008). El que varios partidos con representación parlamentaria lleven durante años afirmando la inexistencia de la Nación española al afirmar la identidad nacional de lo que no son sino fragmentos suyos, el que una banda terrorista lleve asesinando durante años y justificando, no solo el asesinato sino también la extorsión, el insulto…, como compensación ante la “represión” ejercida por España contra “Euskal Herria”… son fenómenos que parecen no ser para el actual Presidente del Gobierno suficientemente relevantes como amenaza para la Nación española. Es más, Zapatero, poniendo entre paréntesis ambos fenómenos, afirma como prueba del catastrofismo alarmista sostenido por Mariano Rajoy, que España de hecho no se ha roto, de lo que se deduce, según ese curioso razonar aliciano, la inexistencia de la amenaza.
Y es que, claro, Z, según la estrategia del avestruz por él practicada, ni siquiera conoce, según confesó literalmente a Rajoy, la existencia del pacto del Tinell: “ni lo firmé, ni lo conozco”, dijo ayer, cuando la firma de Maragall, como representante del PSC-PSOE, está estampada en él desde el 14 de diciembre de 2003. En este pacto, firmado por el PSOE (siendo Zapatero Secretario General) antes de acceder al gobierno de la Nación, se dice entre otras muchas cosas lo siguiente:
“El apoyo a un cambio de gobierno a nivel estatal por parte de las fuerzas representadas en el pacto deberá comportar, como contrapartidas imprescindibles:
El compromiso de dejar sin efecto el conjunto de normas contrarias a la plurinacionalidad, de cualquier rango, aprobadas durante el período gobernado por el PP, así como la retirada de los recursos interpuestos por el gobierno del Estado ante la jurisdicción ordinaria o el Tribunal Constitucional contra normas emanadas de las instituciones de Catalunya.
El establecimiento de un nuevo marco legal donde se reconozca y se desarrolle el carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüístico del Estado”.
Zapatero confiesa a Rajoy no conocer el Pacto y, sin embargo, parece ser que el mismo pacto rige su plan de gobierno… Es la fábula del avestruz, convertida en zorro en cuanto saca la cabeza…
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA