Desde DENAES instamos a los jueces a no dejarse llevar por presiones políticas y a aplicar con rigor las leyes españolas, de lo contrario, no dejarán de ser objetivos colaboradores del proceso de destrucción nacional.


oteguilopez.jpgLa inminente celebración del juicio al que tendrán que acudir Juan José Ibarreche, Arnaldo Otegui y Pachi López, y las reacciones de estos elementos políticos, constituyen una excelente prueba de qué puedan significar para este trío palabras tales como Democracia, España, Justicia, &c.

Para el representante de ETA, España es, por definición, antidemocrática, rasgo que también detecta el sedicioso Presidente de la Comunidad Autónoma Vasca en la nación que oprime a su siete veces milenario pueblo (sic).

Por su parte, López, miembro de un partido cuyo presidencialista líder considera a España como una nación discutida y discutible, es más morigerado en los calificativos que emplea en las contadas ocasiones en que se atreve a pronunciar la palabra tabú.

En lo que sí coincide el trío es en considerar a la democracia como una suerte de estación-término de la política, un destino al que toda sociedad debe tender. Huelga decir que para los dos primeros, la sociedad de referencia es la formada por las tres provincias vascongadas, unidas por primera vez mediante un estatuto de autonomía, Navarra y tres territorios franceses. Para tal propósito no dudan en acercarse al nogal español para, primero, ser agitado por los encapuchados (con métodos tales como asesinatos, secuestros, extorsiones, &c.) y posteriormente ser recolectado por los encorbatados representantes de la ley vieja (administradores de una cosecha formada por un status fiscal privilegiado, chantaje constante al feble gobierno de turno, falsificación de la Historia y lavado de cerebros en los centros educativos, &c.).

En cuanto al tercer acusado, resulta ser éste una verdadera incógnita, pues, insistimos, nada sabemos de qué idea de España maneja, y mucho nos tememos que ésta se aproxime más a la de la pareja antes citada, mediante el empleo de la manida apelación al autogobierno, que a la que, por ejemplo, DENAES ha expuesto con claridad y precisión en su libro En defensa de España, razones para el patriotismo español, obra cuya lectura encarecemos vivamente desde este editorial.

En cualquier caso, lo que se juzga a partir de hoy, no son las ideas de estos tres individuos por muy delirantes o indoctas que estas sean — como en una nueva marrullería tan propia del nacionalismo vasco se trata de presentar tal proceso ante los ciudadanos–, muy al contrario, éstos deben responder ante el juez de un delito de reunión con una banda terrorista cuyo objetivo es la destrucción, por mutilación del cuerpo político, de la nación que esta nuestra Fundación trata de preservar.

Desde DENAES instamos a los jueces a no dejarse llevar por presiones políticas y a aplicar con rigor las leyes españolas, de lo contrario, no dejarán de ser objetivos colaboradores del proceso de destrucción nacional.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA