Desde la Fundación Denaes instamos a la ministra Cabrera a que comience por cumplir con las leyes, en lugar de gastar energía en buscar la forma de burlarlas en beneficio de su partido. Y sobre todo que comience por garantizar que los niños españoles, independientemente del lugar en que residan, puedan estudiar en la lengua de Cervantes, y ya de paso, que incluso conozcan al Príncipe de los Ingenios.
La reciente sentencia del Tribunal Supremo según la cual los alumnos de Primero de Bachillerato no podrán pasar de curso con más de dos suspensos, ha encontrado respuesta en la clarividente ministra Mercedes Cabrera. En efecto, la señora Cabrera se ha apresurado a manifestar que su ministerio «buscará la manera de conseguir que haya ese margen de comportamiento flexible para los alumnos en el Bachillerato».
O lo que es lo mismo, la Ministra que tan inflexible ha sido a la hora de asegurar, amenazas incluidas, que todos los alumnos deberán cursar la asignatura de Educación para la Ciudadanía, trata ahora de buscar aquellos resquicios legales que le permitan ofrecer unas estadísticas rentables políticamente, aun a riesgo de que las aulas se llenen de adolescentes estabulados huérfanos de conocimientos.
Desde DENAES no podemos sino felicitarnos por la sentencia que se ha producido tras el correspondiente recurso presentado por la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE), y ello no porque nos cause placer que aumente el número de repetidores de curso, sino porque estamos convencidos de que la prosperidad de la nación depende en gran medida de la formación que tengan sus ciudadanos. Una formación que incluye los conocimientos técnicos, pero que en modo alguno puede renunciar al dominio de nuestra lengua común, el español, o de nuestra Historia, hoy manipulada y falseada por los facciosos antiespañoles que se aprovechan de un estado autonómico que propicia el ascenso al poder de estos indeseables grupos.
Por todo ello, desde nuestra Fundación, instamos a la ministra a que, por ejemplo, comience por cumplir con las leyes en lugar de gastar energía en buscar la forma de burlarlas en beneficio de su partido. A la ministra Cabrera le pedimos que comience por garantizar que los niños españoles, independientemente del lugar en que residan, puedan estudiar en la lengua de Cervantes, y ya de paso, que incluso conozcan al Príncipe de los Ingenios.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA