Tenemos en las declaraciones del presidente venezolano un caso ejemplar de lo que Juderías llamó «leyenda negra antiespañola», que, además, es utilizada como falsa conciencia para buscar influencia, vía expansionista, en otras sociedades políticas hispanoamericanas. En efecto, practica Chávez la metodología negrolegendaria característica, omitiendo aquello que puede favorecer a la acción imperial española, y exagerando aquello que la perjudica


reychavez-2.jpg

El presidente venezolano Hugo Chávez puso de manifiesto ayer una vez más, con ocasión de la remodelación de un paseo en el municipio «bolivariano» de Libertador (perteneciente al Distrito de la capital caraqueña, y el más poblado del país), su ideología enemiga contra España, la España histórica imperial, como vía de justificación del «socialismo bolivariano», una justificación que busca de esta manera su expansión en Hispanoamérica.

La remodelación del paseo llamado Calvario, nombre poco indígena por cierto, pasa según el plan urbanístico auspiciado por el alcalde del municipio, Jorge Rodríguez, por la retirada de su pedestal de una estatua de Colón que allí figuraba.

Así, el presidente de Venezuela –-la pequeña Venecia, según fue nombrada esta región por los conquistadores– y en la lengua del conquistador manifestó, sin tapujos, como es habitual en el personaje, lo siguiente: «Cristóbal Colón fue el jefe de la invasión que comenzó aquí en estas tierras y que produjo no sólo una matanza, mucho más, un genocidio. Cuando llegaron los conquistadores invasores de España y de Europa por estas tierras, vivían en lo que hoy es América Latina y el Caribe 90 millones de aborígenes, 200 años después quedaban 3 millones de aborígenes», expresó Chávez. En este sentido, y como ciudadano de la ciudad, dijo, el presidente venezolano propuso poner allí a un indio o una india, presidiendo y señalando el rumbo, «que es el rumbo de la liberación de los pueblos, es el rumbo del socialismo», exclamó.

¿Pasa pues, el socialismo, según este nuevo rumbo, por la restauración de los cacicazgos previos a la acción de España en Indias?, ¿estará Chávez dispuesto a disolver las fronteras de Venezuela, y de Hispanoamérica en general –-correspondientes a los virreinatos y audiencias de la administración imperial– para regresar a la estructura etnológica indígena, restaurando sus sistemas de parentesco?. Todavía más, ¿piensa Chávez impulsar, para también restaurarlas, las supersticiones idolátricas, en sus diversas manifestaciones, frente al catolicismo cristiano? Supersticiones, recordemos, algunas de la cuales implican sacrificios humanos. ¿Y el idioma? ¿Estará dispuesto a seguir exponiendo su doctrina «socialista» –-doctrina, por cierto, que tampoco parece tenga mucho que ver con los indígenas– en la lengua del Imperio, o va a utilizar, para su propagación en Hispanoamérica, alguna de la treintena de lenguas indígenas que reconoce la Constitución bolivariana de 1999 –-el wayuú, warao, pemón…–?

Y es que, tenemos en las declaraciones del presidente venezolano, un caso ejemplar de lo que Juderías llamó «leyenda negra antiespañola» que, además, es utilizada como falsa conciencia, para buscar influencia, vía expansionista, en otras sociedades políticas hispanoamericanas. En efecto, practica Chávez la metodología negrolegendaria característica, omitiendo aquello que puede favorecer a la acción imperial española, y exagerando aquello que la perjudica: así omite Chavez que las cifras que da son las más maximalista de entre los cálculos que la historiografía ha hecho en relación a la población de la américa prehispana. Omite también que en esa cifra, exagerada, incluye la mortandad indígena estimada para América del Norte (de la cual serían más bien responsable Inglaterra). Omite además, por otro lado que ese «jefe», en referencia a Colón, regresó a España con los grillos del presidiario, a instancias de la corona castellana, ante los abusos cometidos por él y sus familiares. Pero, sobre todo, omite Chávez que esos indígenas, no formaban un grupo homogéneo, ni vivían en la Arcadia Feliz, antes de la acción española, sino que, entre otras costumbres, existía en efecto aquella en que unos se comían a los otros: ¿sustituirá Chávez, quizás, la estatua de Colón por la de un caribe antropófago?

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA