Juan José Ibarreche y Pachi López, el presidente autónomico vasco y el líder del principal partido de la oposición, el representante más señalado del PNV y el candidato del Partido Socialista, van a ser juzgados en calidad de «colaboradores necesarios» de las fechorías de la ETA durante el «proceso de paz». Creemos que semejante coincidencia no debería ser pasada por alto a la hora de valorar en su justa medida las consignas del PSOE acerca del «cambio» en las provincias vascongadas.


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El próximo jueves, a las 9:30 de la mañana, arrancará en Bilbao la vista oral del proceso judicial en el que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco habrá de decidir sobre las eventuales responsabilidades penales en las que habrían podido incurrir, tanto el Presidente de la Comunidad Autónoma Juan José Ibarreche, como varios destacados dirigentes del Partido Socialista de Euskadi, por sus reuniones con representantes, muy significados, del brazo político de la banda terrorista ETA.

Efectivamente, en abril y junio de 2006 respectivamente, esto es, en pleno «proceso de paz», tenían lugar las sesiones negociadoras del Gobierno Autónomo y del PSOE con Batasuna, un partido político secesionista que a su vez, como es bien conocido habría sido «ilegalizado» y después «disuelto» por el Tribunal Supremo en 2003. En este sentido, se entiende perfectamente la circunstancia de que hayan entendido el Foro Ermua y la Asociación Dignidad y Justicia en su papel de acusación particular, que tanto Ibarreche como López habrían ejercido de «colaboradores necesarios» en la comisión de un delito de «desobediencia» por parte de los dirigentes de Batasuna.

Y es que, por mucho que ciertamente Ibarreche haya podido expresar sus más enérgicas protestas ante la causa procesal que nos ocupa –«¿cómo juzgar a todo un Lehendakari por el delito de intentar arreglar los problemas hablando?»– como si del mero hecho de detentar él la presidencia autonómica se siguiese su inimputabilidad legal –cosa absurda en un «Estado de Derecho»– o como si frases como puedan serlo «hablando se entiende la gente» pudiesen servir para exculpar la comisión de semejantes felonías, etc., desde la Fundación DENAES estimamos que los hechos que van a juzgarse resultan verdaderamente muy graves; tanto más, ni que decir tiene, cuando es así que el principal perjudicado de tales maniobras es, en resumidas cuentas, la totalidad de la Nación Española, que aparece, en este sentido, como víctima del caso juzgado dado que precisamente la soberanía de tal nación constituyó el tema de conversación, la moneda de cambio política, de aquellas oscuras negociaciones iniciadas al calor de la tregua etarra. Unas negociaciones, por cierto, cuyos verdaderos términos el gobierno de Zapatero sigue resistiéndose a dar a conocer.

Juan José Ibarreche y Pachi López, el presidente autónomico vasco y el líder del principal partido de la oposición, el representante más señalado del PNV y el candidato del Partido Socialista, van a ser juzgados en calidad de «colaboradores necesarios» de las fechorías de la ETA durante el «proceso de paz». Creemos que semejante coincidencia no debería ser pasada por alto a la hora de valorar en su justa medida las consignas del PSOE acerca del «cambio» en las provincias vascongadas.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA