Hugo Chávez pretende defender los intereses de Venezuela frente a la doctrina Monroe, pero debiera plantearse si no está contribuyendo a fortalecer el imperio norteamericano en la medida en que favorece el indigenismo y el debilitamiento de lo hispánico, también contra España
Estos días, como nos han recordado algunos medios de comunicación, se cumplen 40 años del inicio de la actividad terrorista de la banda ETA contra España (aunque se sospecha que ocho años antes, en 1960, tales malnacidos acabaron con la vida de una cría de 22 meses, Begoña Urroz Ibarrola, en un atentado perpetrado en la estación de Amara y que, como ha ocurrido en otras ocasiones, parece que se les fue de las manos, por lo que no quisieron reivindicarlo). El 7 de junio de 1968 ETA asesinó al guardia civil José Antonio Pardines a raíz de un control de tráfico rutinario cerca de Tolosa. El vil y cobarde asesinato se realizó por la espalda -modalidad que se convertiría en marca de la casa-, a pesar de que la propaganda antiespañola (entonces circunstancialmente antifranquista) elogió el hecho y criminalizó al gobierno español por el posterior ajusticiamiento de los terroristas.
Como ya hemos repetido en diversas ocasiones, las muertes causadas por ETA no atacaban a la dictadura franquista, del mismo modo que los asesinatos perpetrados tras la muerte de Franco tampoco iban contra “la democracia”, sino que en ambos casos la afrentada era la nación española.
Pues bien, dicha estrategia contra España no sólo precisaba, y precisa, de colaboradores internos (muchas veces miembros de la misma Iglesia en el País Vasco), sino también externos, como lo ha sido Francia, Bélgica y otros países europeos. Ahora bien, cuando dichos colaboradores pertenecen a nuestro mismo “círculo cultural” sentimos que las carnes se nos abren de manera especial. Éste es el caso de la Venezuela de Hugo Chávez, según nos ha revelado el periódico El Mundo en su edición del domingo 8 de junio de 2008. Al parecer el presidente bolivariano esconde y apoya a unos treinta dirigentes etarras de distintas maneras. No sólo se facilita el contacto entre dichos terroristas y diversos grupos indigenistas del continente americano, sino que se apoya su sostenimiento y fortalecimiento contratándolos en puestos relevantes de la Administración venezolana. Éste es el caso del etarra Arturo Cubillas, empleado desde octubre de 2005 como director adscrito a la oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela. Su esposa Goizeber Odriozola ha trabajado en el Ministerio de la Presidencia y en el de Educación, y actualmente es directora en el Instituto Nacional de Tierras (Inti). Varios etarras, cuyos crímenes no habrían prescrito, fueron localizados y requerida su extradición por la justicia española, pero desaparecieron de la noche a la mañana, aunque algunos de ellos, al parecer, siguen trabajando en el Inti, pero cuando los funcionarios españoles intentan profundizar en su situación actual se encuentran con la callada por respuesta.
A Hugo Chávez se le llena la boca cuando arremete contra todo tipo de imperialismo, sin distinguir sus tipos. Pero debiera plantearse si con su conducta no contribuye también al debilitamiento de una posible coordinación que favorezca el fortalecimiento de los países de cultura hispánica que él mismo dice perseguir, aunque mucho nos tememos que su perspectiva es muy distinta a la nuestra. ¿En qué idioma se entenderá con otros ciudadanos hispanos? ¿Acaso en aymará? ¿En inglés? ¿Qué costumbres promocionará? ¿Resucitará las ceremonias aztecas o mayas de sacrificios humanos? ¿Acaso le atrae más la moral evangelista y de otras religiones protestantes, que tanto están creciendo en la América hispana promovidas por el vecino del norte?
Con su política exterior Hugo Chávez pretende defender los intereses de Venezuela frente a la doctrina Monroe (“¡América para los americanos!” -del norte de México-), pero debiera plantearse si no está contribuyendo a fortalecer el imperio norteamericano en la medida en que favorece el indigenismo y el debilitamiento de lo hispánico, también contra España.
Hugo, hermano: ¿por qué no te callas? O, mejor aún, ¿por qué no te enteras de por dónde van los tiros?
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA