Como ya anunciamos en su día, la salida de prisión de Arnaldo Otegi ha supuesto la revitalización de la amenaza separatista en el País Vasco, ahora fortalecida con la solidaridad de la CUP, verdadero ejemplo de secta batasuna en Cataluña


Otegi_CUP_opt.jpg

Es bien conocida la tendencia de los diversos grupos sociales a cohesionarse frente a terceros. Cuando en una sociedad dada aparecen elementos extraños, lo normal es reaccionar frente a ellos de forma solidaria y tratar de neutralizarlos o, en el límite, de expulsarlos. Sucede sin embargo que a veces los propios cuerpos extraños, ajenos a la legalidad y las normas de referencia, son los que se cohesionan en forma de bandas o mafias, constituyendo verdaderas sociedades delincuenciales.

Esto es precisamente lo que sucede con los denominados partidos separatistas, sociedades en cuyos fines se establecen delitos como la sedición o la ruptura de la Nación Española en la que sin embargo actúan y de cuyo marco legal se benefician. En este caso, una de esas sectas en Cataluña, la denominada Candidatura de Unidad Popular (CUP), ha comenzado a ejercitar la solidaridad con el referente actual del separatismo vasco, el recientemente excarcelado Arnaldo Otegi. Poco después de expirar su condena por intentar reorganizar la banda terrorista ETA, el dirigente batasuno volvió al Velódromo de Anoeta a demostrar su poder de convocatoria, resultado del nivel de degradación moral e ideológica a la que ha conducido la propaganda y la violencia separatista en el País Vasco.

De cara a establecer la solidaridad de la secta batasuna con otras sectas antiespañolas, sin duda la candidatura perfecta la ostentaba la CUP. Ejemplo de batasunización en las formas y en los modos, sus líderes le han cantado constantes loas a Otegi, a quien los dirigentes del PP no le llegan ni a la altura de la suela de los zapatos, en singular sentencia de la líder Ana Gabriel, y por quien han bebido los vientos en más de una ocasión: ahí están las instantáneas de David Fernández y otros líderes de esta Batasuna catalana en Logroño para pedir la excarcelación del secuestrador de Gabriel Cisneros.

Como es natural, ahora mismo la estrategia violenta no parece el primer objetivo de estos grupos separatistas, aunque sí la desobediencia civil, como la que practica la alcaldesa del municipio barcelonés de Berga, Montserrat Venturós, que se negó a declarar ante el juez por haber mantenido la bandera separatista estelada en la fachada del ayuntamiento durante las elecciones del 27-S y del 20-D. Por el camino, las CUP intentan conducir a Juntos Por el Sí para que se realice algún gesto contundente de ruptura con la Nación Española, no meramente parlamentario, como desobedecer a los tribunales de justicia. Siempre con el horizonte de la coalición con Otegi.

La CUP celebrará el próximo mes de mayo una asamblea para decidir la política a seguir, pero previamente organizará una gran manifestación para forzar a sus socios de gobierno de cara a cumplir las resoluciones de independencia y ruptura con España, con vistas a los famosos dieciocho meses de plazo para la ruptura definitiva.

Así, están dispuestos a mantener a rajatabla sus posiciones, aunque al parecer muchos trámites burocráticos se han colocado por el camino. Con todo, el 10 de Enero de 2017 es la fecha límite para haber anunciado la ruptura definitiva con la Nación Española. Pasado el plazo, las CUP aprobarán en “conferencia nacional” una nueva política de la organización. En la práctica, sería el fin del apoyo al gobierno de Carlos Puigdemont.

Mientras, los miembros de las CUP siguen aspirando a tejer, literalmente, “complicidades con Euskal Herria”. Profundizando en el delirio, sus alianzas con EH Bildu, sumadas a la salida de la prisión de Arnaldo Otegi, suponen un replanteamiento de su estrategia política a corto y medio plazo. No olvidemos que en otoño el líder batasuno se presentará como candidato a las elecciones en el País Vasco, y seguro que tendrá opciones claras de ganar. Con la autonomía vasca en manos de los proetarras, la apertura del frente separatista en el País Vasco, sumado a sus homólogos catalanes, supondrán un incremento de la amenaza a la Nación Española. Afirman literalmente en un documento interno las CUP que ”La cuña vasca y catalana puede gestar un escenario propicio a nuestro objetivo de la independencia».

Desde la Fundación Denaes alertamos lo que ya preveíamos que iba a suceder una vez que Arnaldo Otegi fuera liberado: el incremento de la presión separatista en el País Vasco, especialmente si la candidatura que liderará el batasuno se alza con la victoria en las elecciones autonómicas vascas, y sus lazos de solidaridad contra España estrechados especialmente con las CUP que sostienen al actual gobierno separatista catalán, el mismo que continúa amenazando, aunque a día de hoy de forma no solvente, a nuestra Nación.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.