Nadie ha explicado los motivos para el desmantelamiento de la Brigada, coincidente, además, con los indisimulados objetivos de los nacionalistas. No sería de extrañar que, ante una pregunta al respecto, la respuesta obtenida se diluyera en apelaciones a los arcanos de la estrategia militar, arcanos que, por nuestra tranquilidad, suponemos conoce en profundidad nuestro Jefe de Estado, que también lo es de las Fuerzas Armadas.
Coincidiendo con las fechas navideñas, en una maniobra ya clásica, por su «discreción», del Gobierno de España, la Ministra de Defensa, Carmen Chacón, empleó su marcial brazo para firmar la orden según la cual, las tropas españolas destacadas en Vascongadas se reducirán prácticamente a su mitad al disolverse la Brigada San Marcial V perteneciente al Ejército de Tierra sin que hasta la fecha se conozcan las razones que han llevado a este cambio estratégico.
La medida, empero, coincide con el anhelo de nacionalistas de toda laya: la expulsión del Ejército de estos territorios españoles en los que, al amparo de una legalidad, cuando menos extravagante y, por supuesto, sin parangón en naciones equiparables a la nuestra, operan facciones políticas y terroristas cuyo objetivo es la propia destrucción nacional. El repliegue coincide, además con la promesa lanzada por Urcullu e Ibarreche durante las pasadas elecciones municipales de 2007, según la cual, el Ejército desaparecería de la Comunidad Autónoma Vasca; un Ejército que, dicho sea de paso, es percibido por estos partidos políticos, y así presentado ante su electorado, como una fuerza de ocupación. Huelga reincidir en lo indocto de tales planteamientos y en las continuas peticiones de principio de los que se alimentan tales grupos.
Desde DENAES, no podemos menos que mostrar nuestra preocupación ante la retirada de tropas de una región en la que de forma explícita se asientan graves amenazas para nuestra nación. Amenazas internas, las del independentismo, pero también posibles amenazas externas, pues no es necesario recordar que el País Vasco es una tierra fronteriza, razón más que suficiente, –la Historia de España así lo avala-– para que la capa cortical de nuestra sociedad política aumente su espesor precisamente en estos territorios.
El repliegue, como señalábamos al inicio, ha venido acompañado de una absoluta «discreción» por parte de nuestros gobernantes, o lo que es lo mismo, nadie ha explicado los motivos para un tal desmantelamiento, coincidente, además, con los indisimulados objetivos de los nacionalistas. No sería de extrañar que, ante una pregunta al respecto, la respuesta obtenida se diluyera en apelaciones a los arcanos de la estrategia militar, arcanos que, por nuestra tranquilidad, suponemos conoce en profundidad nuestro Jefe de Estado, que también lo es de las Fuerzas Armadas.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA