Resulta extraño que los políticos medianamente serios no se partieran de risa cuando un Ibarreche muy ufano y carente del sentido del ridículo –y de los conocimientos mínimos exigibles en un dirigente español– afirmó que el pueblo vasco tiene 7000 años de antigüedad. No nos queremos imaginar qué diría el sosias de Spock de haber nacido en Burgos. Acaso reivindicaría, como seña de identidad, la antropofagia…


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Campechano y vivaz, Juan José Ibarreche ha manifestado, dentro de un vídeo propagandístico elaborado al efecto, que no le molesta en absoluto que le comparen con el Capitán Spock de la famosa serie Star Treck. Es más, dentro de esa sucesión de tópicos que conforman el vídeo, ha añadido que al reír se ejercitan músculos que no se emplean con asiduidad.

El parecido entre el personaje de ficción y este pintoresco político español viene de lejos y ha sido objeto de mofa en diversas ocasiones. Pese a todo, las bromas no han ido más allá del nivel facial. Resulta extraño que los políticos medianamente serios no se partieran de risa cuando un Ibarreche muy ufano y carente del sentido del ridículo –y de los conocimientos mínimos exigibles en un dirigente español– afirmó que el pueblo vasco tiene 7000 años de antigüedad. No nos queremos imaginar qué diría el sosias de Spock de haber nacido en Burgos. Acaso reivindicaría, como seña de identidad, la antropofagia…

Tontunas ibarrechiles aparte, no hemos de olvidar que el ahora cercano y hasta dicharachero Juan José, lidera a una formación facciosa y antiespañola que comparte los objetivos de ETA, a quien se ha cuidado muy mucho de no maltratar, lo cual no ha impedido que «los chavales de la gasolina» (Arzallus dixit), se le estén empezando a salir de madre, y esto nunca mejor dicho, pues como es sabido, la banda terrorista nació del propio PNV.

Para terminar este editorial, no podemos resistirnos a decir alguna palabra en torno a uno de los miembros de la tripulación del euscocapitán Ibarreche. Nos estamos refiriendo a Eguíbar, quien, tras ser elegido hace años como alcalde de Lizarza, no tuvo el ardor guerrero de personarse en la localidad, probablemente por miedo a conocer el verdadero olor de la gasolina. Frente a este cobarde gudari, se alza la figura gallarda de doña Regina Otaola, quien, mostrando su valentía, ha sido capaz de enfrentarse a ETA y restaurar en uno de sus feudos los símbolos e instituciones nacionales.

Desde DENAES no podemos sino celebrar que dicha señora haya ganado el juicio contra el cobarde y embozado Pedro Olano, vecino de esa española localidad que, amparado en la masa proetarra, se permitió amenazarla de muerte. El fallo, benévolo, condena al tal Olano a dos años de cárcel y el pago de 12000 euros. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena a esta española sin duda ejemplar.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA