Cualquier cosa antes que preguntarse qué han hecho mal los servicios públicos de la Generalitat, gobernados por la izquierda. Ya va siendo hora de que la sociedad catalana despierte de su letargo.
Realmente no tiene gracia, pero, a fuerza de reiteración, conseguirán que nos parezca cómico. Ante el prolongado colapso del servicio eléctrico en Barcelona, los partidos secesionistas y sus asimilados se han apresurado a lanzar el habitual quejido victimista: la culpa es de “Madrid”. Acto seguido, constatando que en “Madrid” gobierna Zapatero, han rectificado: la culpa la tiene el presidente de Endesa. Cualquier cosa antes que preguntarse qué han hecho mal los servicios públicos de la Generalitat, gobernados por la izquierda. Ya va siendo hora de que la sociedad catalana despierte de su letargo y empiece a pedir responsabilidades a quienes realmente las tienen. De momento estamos viendo caceroladas en la calle. Dado el ambiente de pre-totalitarismo blando que se vive en Cataluña, no será extraño que el poder filtre agentes en esas manifestaciones para desviar la protesta; no sería la primera vez que ocurre. Bastará con que pase en un sólo sitio y un sólo periódico saque una sola foto para que, al día siguiente, la anécdota se eleve a categoría y las terminales de siempre vendan la falsaria estampa de los catalanes contra “Madrid”. Nadie puede caer ya en estas trampas. Y menos que nadie, la sociedad catalana, esa que desertó en masa ante la convocatoria del referéndum por el Estatut y que ahora tiene que hablar. Aunque sea a media luz.