La ingenuidad es culpable a estas alturas, y hasta cómplice: lo que ocurre más bien es que por razones espurias (electorales) la amenaza secesionista no se quiere ver


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En declaraciones manifestadas el pasado día 18 para Lusa (Agencia de Noticias de Portugal), José Luis Pérez Carod -sujeto que recordemos, tras negociar con la ETA un protectorado terrorista para Cataluña, terminó dimitiendo en la anterior legislatura del mismo cargo que ocupa en la actual- ha dejado una serie de perlas que, conviene, queremos recordárselas a aquellos que siguen sin ver en este señor, en su partido y en el gobierno autonómico al que pertenece como vicepresidente, una amenaza para España.

Así, además de esa declaración en la que hablaba del cuestionamiento de la soberanía portuguesa por parte del “imperialismo paternalista español”, y a las que replicó acertadamente José Saramago, José Luis Pérez aseguró contar con “muitos aliados internacionais” para conseguir la independencia de Cataluña, excusándose de no hablar más de este asunto para no dar “pistas innecesarias”. Afirmó, además, esta lumbrera teórica que “los procesos de independencia pasan por tres fases: ridiculización, hostilidad y aceptación”. Cataluña está en este momento, dice, “entre la primera y la segunda” fase, aunque sin determinar por su parte si está más cercana a una o a la otra.
Por supuesto, en este orden de cosas, mencionó el año 1640 para sentenciar que, si las cosas hubiesen sido al contrario de lo que fueron, “Portugal hoy sería una región española y Cataluña un estado independiente”, dijo Perogrullo, para inmediatamente, y casi sin solución de continuidad, caer en una flagrante contradicción afirmando que Cataluña dejó de ser un estado independiente en 1714. Precisamente este asunto viene a colación en respuesta a la pregunta por el referéndum “de autodeterminación” planeado desde ERC para el 2014, en conmemoración del tercer centenario de la Diada (celebración que, como es sabido, es una pura farsa antihistórica dirigida, eso sí, contra España).

Preguntándole, en fin, el periodista acerca de su próximo cese como presidente del partido, según se había anunciado en su momento, y ante la posibilidad de pérdida de fuerza del proyecto si esto llegara a ocurrir, Pérez responde lo siguiente: “hay millares de personas que quieren construir un Estado diferente de una España plural que no existe”. Ni siquiera reconoce pues, y tras cuatro años de gobierno de panfilismo zapateril, la existencia de esa “España plural” de la que, por otra parte, tanto presume el otro José Luis, líder del gobierno de España y también del partido con el que Pérez Carod gobierna en coalición en Cataluña, y que estaba pensada (perpetrada), precisamente para “aplacar” o neutralizar la oleada separatista supuestamente desencadenada, según la propaganda zetapé, por la “España de derechas y sin derechos” de la última legislatura presidida por Aznar.

Y es que precisamente desde la Fundación DENAES creemos que la ingenuidad es culpable a estas alturas, y hasta cómplice: lo que ocurre más bien es que por razones espurias (electorales) la amenaza secesionista no se quiere ver. Es más, de verse, la amenaza se encubre y disfraza, sobre todo hacia el interior de España, hablando del plácido “no pasa nada” y de la exquisita “normalidad institucional”; cosa que, sin embargo, por otro lado, no ocurre tanto de cara al exterior, en que las cosas se presentan con otra cara.

De hecho, a juzgar por la web del Gobierno de Cataluña en su versión inglesa, y que cualquiera puede ver Cataluña ya posee “ministros” (lo mismo ocurre con las web de los gobiernos del País Vasco y Baleares; no así con la web del valenciano que informa sobre los “departments”) con la curiosa anomalía de que le falta, precisamente, el de Exteriores.

En efecto, es José Luis Pérez el que, poco a poco, se va postulando para el cargo…

No pasa nada

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA