Sea bajo la denominación que sea, la denominada selección vasca mantiene enteramente su enérgica componente fraccionaria («una nación, una selección») respecto a la Selección nacional española

Bajo el sonoro nombre de «Euskal Herriko futbolariak» (Futbolistas de Euskal Herria) un colectivo formado por más de un centenar de deportistas vascos –aunque también otros navarros, cántabros o riojanos– cuyas habilidades balompédicas resultan, desde luego, bastante discutibles, han firmado un manifiesto escrito íntegramente en vascuence (o mejor: en un «esperanto-batua» que ningún vascoparlante podría jamás entender) en el que tales individuos anuncian solemnemente su intención de no disputar contra Irán, las próximas navidades, el tradicional partido amistoso de la «selección de Euskadi» si es que tal selección autonómica no mantiene el nombre de «Euskal Herria». Con ello, estos «futbolariak» estarían dando a conocer su voluntad de representar, deportivamente, tal y como el manifiesto lo subraya, «a una nación formada por siete territorios» que por lo tanto desbordaría, al parecer, los estrechos límites de «Euskadi» como tal comunidad autónomica española.
Desde luego la preferencia de la voz «Euskal Herria» sobre «Euskadi» es algo que se entiende perfectamente a la luz de la dialéctica entre diferentes fuerzas políticas secesionistas que sin duda necesitarían competir por el mismo mercado electoral (principalmente el PNV frente a Batasuna o incluso a Eusko Alkartasuna o Izquierda Unida, que habrían apoyado las reivindicaciones de los «futbolariak»). En efecto, «Euskadi» es un neologismo inventado enteramente ex novo por Sabino Arana y que, para colmo, resulta completamente agramatical en vacuence tal y como el propio Unamuno tuvo ocasión de subrayarlo. Euskal Herria (literalmente: «el pueblo del eusquera») en cambio es un rótulo dotado de una tradición mucho más amplia y, al menos en principio, de alcance principalmente «cultural» o «étnico» más que político. De hecho, como es bien sabido, los carlistas vasco-navarros del XIX pero también los requetés del 36 siempre tendieron a hacer uso de la denominación «Euskal Herria» sin que, desde luego, ello implicase en modo alguno ningún propósito secesionista antiespañol. Sin embargo, y como es bien conocido, en nuestros días desde el entorno de la llamada «izquierda aberchale» (por ejemplo en los comunicados de la banda terrorista ETA) ha venido detectándose una preferencia por esta denominación más tradicional, frente al «Euskadi» preferido, en general, por el «nacionalismo institucional» de Ibarreche, de Eguibar, de Íñigo Urcullu.
Desde la Fundación DENAES en cambio, sostenemos que sea bajo la denominación que sea, la denominada selección vasca mantiene enteramente su enérgica componente fraccionaria («una nación, una selección») respecto a la Selección nacional española. Y es justamente este componente fraccionario –es decir: secesionista– lo que resulta sencillamente intolerable desde la perspectiva de la Nación española a la que, sin embargo, los futbolistas implicados en semejante manifiesto efectivamente pertenencen. De donde, se deduce, que habría que comenzar a considerar a los «futbolariak» de marras como lo que realmente son, a saber: traidores, o bobos.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA