• El magistrado ataca al juez Pedraz por no penalizar la pitada de la final de la Copa

• «La impunidad de quienes ofenden al Monarca no cabe en la Carta Magna», afirma

SARA GONZÁLEZ

BARCELONA

La pitada al himno nacional en la final de la Copa del Rey aún ensordece los oídos de algunos acérrimos defensores de la España única y unida. Y su aturdimiento es todavía mayor después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz rechazara el martes la querella presentada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) al considerar que estas acciones «están amparadas por la libertad de expresión». En una carta al director publicada ayer en el diario Abc, el expresidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga advierte con un tono de indignación de que el archivo del caso es un «camino peligroso» y afirma que «la impunidad de quienes ofenden al Rey no tiene cabida en nuestra Constitución».

El escenario en el estadio valenciano de Mestalla el pasado 13 de mayo era fácilmente previsible. Se enfrentaban el Athletic de Bilbao y el Barcelona, rivales en el campo pero unidos en otro tipo de reivindicaciones. Tras la llegada de los Reyes al palco, los acordes del himno empezaron a sonar protocolariamente y una mayoría del público respondió con silbidos. Durante la protesta también se desplegaron varias pancartas con el lema Good bye, Spain.

POLÉMICA TELEVISIVA

TVE intentó ahorrar el bochorno a una parte de los espectadores omitiendo la emisión de la pitada, hecho que fue atribuido a un «error humano». El fallo se intentó subsanar emitiéndolo íntegramente durante el descanso, aunque la cadena se tomó la licencia de reducir considerablemente el sonido ambiental. La jugada fue castigada con la destitución del jefe de Deportes y el responsable de contenidos deportivos.

Tras la atronadora pitada, Denaes optó por denunciar a la entidad vasca Esait y a Catalunya Acció, que reivindican la oficialidad de sus respectivas selecciones deportivas, por ser las promotoras de lo que consideran injurias contra el Rey y provocación al odio contra parte de la población por razón de su origen nacional, delitos que están penados en su grado máximo con hasta cinco años de cárcel. Sin embargo, el juez Pedraz hizo público el martes que acciones de este tipo «están amparadas por la libertad de expresión y no pueden considerarse difamatorias, injuriosas o calumniosas, ni mucho menos que propugnen el odio nacional».

APOCALIPSIS ANUNCIADO

Ante estas consideraciones, Jiménez de Parga asegura que su conciencia no le «permite permanecer callado» y se remite a la biblia legislativa para hacer su particular interpretación de los hechos. El jurista recuerda que el artículo 56.3 de la Constitución dice que «la persona del Rey es inviolable», un mandamiento que, según su opinión, debería ser suficiente para que Pedraz reconsiderara su decisión sobre el supuesto pecado cometido por los nacionalistas.

El expresidente del Tribunal Constitucional añade, en su breve pero incendiaria carta, el augurio de un fatídico apocalipsis: «Si se admiten estas desviaciones, el fin del recorrido es fácilmente previsible. Luego vendrán los lamentos. Los adversarios pueden ganarnos, pero no hemos de contemplar impasibles la carrera como hacen los tibios». Todavía habrá más prórrogas de la final de la Copa del Rey, puesto que Danaes ha renunciado que recurrirá el archivo de la querella.