La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) le ha solicitado por escrito al Doctor Sánchez que se cambie el cartel de los cuarteles de la Guardia Civil que reza «Todo por la patria» por otro que diga «Todo por la democracia». Según los memoriahistoricistas, ese lema fue una imposición de los «golpistas» del 18 de julio que pretendían justificar sus atropellos contra los sacrosantos Derechos Humanos. A su vez, el lema «Todo por la patria» les recuerda –reductio ad Hitlerum mediante- al lema nazi «Todo por su seguridad», con el cual se justificaba el uso de la violencia, la persecución y el asesinato.
La definición de patria que maneja la ARMH, como recoge en su escrito al inquilino de la Moncloa, es la del diccionario de la Real Academia, que dice: «Tierra natural o adoptiva ordenada como nación a la que se siente ligado al ser humano por vínculos jurídicos, históricos y efectivos». Nosotros comprendemos a la patria como la tierra de los padres. Naturalmente también es la tierra de los que están vivos, pero también es la tierra de los que estén por venir. Es decir, la patria no se restringe al presente, sino que implica un pasado (una historia) y un futuro (aunque éste esté vacío). Si decimos que la patria es la tierra eso significa que es un territorio en el que se levanta un Estado o incluso un Imperio; un territorio en el que por tierra, mar y aire se distribuyen y organizan las riquezas que hacen posible la perseverancia de la patria, que está en continua dialéctica (ya sea diplomática, comercial o bélica) frente a otras patrias. Luego la patria es más que la democracia, y ésta no sería posible sin aquélla, como tampoco sería posible cualquier sistema político.
La ARMH comprende que hay que cambiar el lema de la Benemérita por el pomposo lema «Todo por la democracia» porque «hay grupos sociales que son capaces de hacer su idea de la patria compatible con el fascismo, con la dictadura y con la falta de protección de los Derechos Humanos». Parece que se hace una extraña asociación entre «patria» y «fascismo», o al menos se teme que algunos grupos hagan dicha asociación y nos lleven al infierno fascista que para los buenos demócratas sería el llorar y el crujir de dientes.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no se ha mostrado contraria a la petición, aunque su portavoz, Pedro Carmona, ha explicado en Twitter: «Para nosotros, no se trata de una cuestión primordial y tenemos peticiones más urgentes encima de la mesa como es la reforma del Código Penal militar, la equiparación de derechos entre los distintos cuerpos policiales o el derecho de sindicación responsable».
También apunta que el origen del lema no es franquista. Ciertamente el lema «Todo por la patria» se instaló en los cuarteles de la Guardia Civil y también militares por una orden firmada por el general Germán Gil Yuste (que formó parte del directorio de Primo de Rivera y que se retiró cuando vino la república) y publicada en el BOE el 14 de enero de 1937, en la que se decía: «Sobre la puerta de todos los cuarteles ha de aparecer escrito con grandes letras doradas, bien visible, para que pueda ser leído a distancia, este lema, que debe ser constantemente guía del soldado: Todo por la patria». Pero el lema no es un invento de Gil Yuste ni de ningún franquista sino que salió como expresión popular durante la Guerra de Independencia entre 1808 y 1814. El lema también sería usado por el bando liberal en la primera guerra carlista y también en 1898 en la guerra hispano-estadounidense. En 1983, en democracia y con el PSOE gobernando, las Reales Ordenanzas del Ejército de Tierra, que se aprobaron ese mismo año, incluían en su artículo 7: «Las Unidades, Centros y Organismos se alojan en Bases, Acuartelamientos y Establecimientos. En la entrada principal de todos ellos, en lugar bien visible, figurará el lema “Todo por la Patria”, que será guía constante del militar». Y lo mismo se diría en el artículo 11 de las Reales Ordenanzas del Ejército del Aire en 1984.
Pero para los sabios de la ARMH, «independientemente de su origen, sea en la Guerra de la Independencia o no, éste es el lema que instauró el Gobierno de Franco, en plena Guerra Civil, para diferenciar entre patriotas y antipatriotas y reprimir violentamente a los que no pensaban como ellos». Y todo lo que hubiese hecho el franquismo es malo per se.
En nombre de la «patria» se han cometido muchos atropellos, ciertamente. Pero, ¿acaso no se han llevado a cabo enormes fechorías en nombre de la «democracia» y de la «libertad»? Pero la democracia a la que se hace referencia en el nuevo lema (o el lema pretendiente a desbancar al anterior) no puede ser otra que la democracia realmente existente. ¿O es que acaso se está haciendo referencia a una democracia pura e inmaculada, una democracia celeste sin referenciales en la tierra o, ya puestos, en la patria? Vamos a suponer que se refieren a la democracia real, es decir, a la del Régimen del 78, a la del sistema autonómico. Entonces da la sensación de que lo que quieren decir es «Todo por las autonomías», como si el lema «Todo por la patria» quisiese decir «Todo por el franquismo» o directamente «Todo por Franco», al interpretarse como un lema centralista y por consiguiente opresor frente a las pretendidas libertades autonómicas. ¿Tal vez lo que hay que llevar a cabo es la «República Plurinacional» aprovechando el Estado de las autonomías en el que están «presas» determinadas «nacionalidades históricas»? «Todo por la República Plurinacional». Porque ésta se interpreta como una democracia auténtica por la que hay que darlo todo. Al menos así lo piensa todo aquél que es «patriota de la democracia».
Daniel López. Doctor en Filosofía.