Una de las prioridades de este Gobierno es potenciar la movilidad sostenible, para que el uso de los medios de transporte tenga el mínimo impacto ambiental. Para hacer frente a estos retos, el Ministerio de Transporte marca dicha transformación a través de la globalista Agenda 2030. Cuyo verdadero objetivo serán las grandes restricciones que sufrirán los españoles para moverse en coche particular y las futuras medidas que se irán implementando y endureciendo progresivamente como consecuencia de establecer las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Cuya normativa emana de la Ley del Cambio Climático y Transición Energética.

Pedro Sánchez, no es un ejemplo a seguir en este ámbito. Abogar por el ahorro energético siendo el jefe de Gobierno que más veces ha utilizado el Falcon durante todo su mandato, es una muestra más de la poca decencia y moral de este dirigente político.

Cada vez que el líder socialista vuela con la aeronave el coste por cada hora de vuelo se convierte en la cifra de 6200 euros sin contar que hay que añadir la puesta a punto del mismo. Una hora en Falcon consume más combustible que un solo español en todo un año, emitiendo a la atmosfera el mismo Co2 que todas las actividades que realice un ciudadano europeo. A su disposición también hay que incluir un Airbus A310, Super Pumas y dos Cougar. El abuso que el secretario del PSOE hace del mismo, incumple el propio Código Ético de reducción en el coste de los vuelos. Ya son reiteradas las ocasiones en las que ha utilizado este medio para sus propios mítines de partido, como ha sido el caso más reciente en La Coruña, donde lo utilizó para una distancia de tan solo 73,6 km, en coche el tiempo estimado es de 47 min y en tren de 29 min. Recordemos casos sonados como el uso que realizó de la aeronave para asistir al concierto de Joan Manuel Serrat, el concierto de The Killers y para la performance de la petanca en Coslada.

Los demás somos ciudadanos de segunda, la ministra de Trabajo y Economía Social Yolanda Díaz quiere reducir los vuelos cortos  para frenar la “emergencia climática”, añadiendo que “el tren está llamado a ser el transporte del siglo XXI”, mientras que la vicepresidenta segunda realiza ocho vuelos de menos de tres hora en dos años. Teniendo en cuenta que ese tren del que tanto se vanagloria, y que debe ser la opción más utilizada, está sufriendo una crisis y un caos absoluto en estas últimas semanas. Tres descarrilamientos en diez días, más acusadas averías y retrasos que están sufriendo todos los madrileños. El vallisoletano Óscar Puente, debe cumplir con su responsabilidad y garantizar la seguridad de todos los usuarios, pero lo único que parece interesar al ministro de Transporte, es bloquear a todos los usuarios que no comparten sus ideales políticos en redes sociales.

Este Gobierno totalitario es un despropósito absoluto, nos quieren coartar nuestros derechos y libertades, restringiendo el movimiento, el tránsito de vehículos por la supuesta contaminación atmosférica, indicándonos como debemos viajar, en un proceso que terminará llevándonos a la prohibición de todo aquello que indique el inquilino de la Moncloa o las elites que nos dirigen a través de la Agenda globalista. Como la implementación de las ciudades de 15 minutos, para que finalmente no podamos ni utilizar nuestros vehículos, porque el modelo de planificación que quieren llevar a cabo nos abocará a desplazarnos a pie o en bicicleta.

Mientras los que nos gobiernan, pueden seguir haciendo y deshaciendo a su antojo todo lo que les plazca. Parece que solo los ciudadanos somos los que tenemos que seguir una Agenda climática global. Y no es verdad, que una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad.