En relación con el mitin de Donald Trump, candidato del Partido Republicado de EE.UU., el pasado domingo 27/10, en Nueva York. En el cual, el comediante Tony Hinchcliffe hizo las siguientes manifestaciones: “Hay una isla flotante de basura en medio del océano, en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”.
Nos parecen muy desacertadas e indignantes estas manifestaciones, aunque fueran realizadas en un tono de humor.
La invasión estadounidense de Puerto Rico tuvo lugar hace 126 años, en el marco de la guerra hispanoamericana, poniendo fin a la soberanía española de casi cuatros siglos y el inicio del periodo colonial de los EE.UU., hasta la actualidad. Su futuro sigue todavía en disputa. Por aquel entonces, la isla tenía una economía estabilizada, basada en la vida rural, principalmente por las haciendas azucareras y del café. Era un territorio próspero, que vivía en paz.
Después, EE.UU. concedió en 1917 la ciudadanía a los puertorriqueños. En 1952, se estableció el Estado Libre Asociado, un estatus político vigente que cumple 72 años. Los militares y otros sectores norteamericanos no querían que la población de Puerto Rico se integrara como estado de EE.UU., porque tenían cultura, idioma y raza distinta.
Puerto Rico, como Estado Libre Asociado, hace que sus habitantes no puedan participar en las elecciones estadounidenses. Viven en una situación colonial de subordinación política y monopolio comercial. La dependencia de EE.UU. ha hecho que la mitad de la población de Puerto Rico viva de la ayuda federal, ya sea de alimentos, de vivienda, por desempleo o subvenciones directas. Un país así nunca va a progresar cuando la mitad de su población depende de las ayudas del gobierno.
Por lo tanto, la situación actual de Puerto Rico es fruto de la acción directa de los EE.UU. y no es de buena lógica tratarles de “Basura Flotante”.
Desde DENAES, apoyamos sin fisuras al pueblo hermano de Puerto Rico, y solicitamos al Partido Republicano de los EE.UU. una rectificación contundente.
Vicente Durá Bono