Los hispanistas nos alegramos de que Su Majestad, Don Felipe VI, no tenga que ir a aguantar impertinencias de los negrolegendarios que han llegado al poder en México, esa antigua provincia española de Ultramar, llamada, ni más ni menos que la Nueva España, que fue durante tres siglos la parte más rica de España, o de Las Españas. Donde más oro se invirtió en hospitales, caminos, escuelas, iglesias, conventos, monasterios, así como universidades dotadas de las más avanzadas tecnologías científicas. De hecho, el primer estudio anatómico forense del mundo se hizo en una universidad española de la Ciudad de México. Podemos hacer referencia también a ese hospital donde puso la primera piedra Hernán Cortés y que ha cumplido hace poco 500 años de actividad ininterrumpida, siendo el mejor hospital por su magnitud y sus escaleras dobles en varias fachadas, el más adecuado y que mejor ha funcionado en plena pandemia COVID-19. Igualmente no podemos olvidar los acueductos, las bibliotecas de acceso para toda la población pero, en primer lugar, para los indios y mestizos. Ya que la gran obra de España en el Nuevo Mundo no son las obras arquitectónicas, ni pictóricas, ni escultóricas, sino otra Historia del arte sin parangón ni posible parecido a otra nación, y es la gran obra de mestizaje humano y la evangelización de sus gentes. Esa es la gran obra de arte española ¡Viva España1 ¡Viva el Rey!
Inmaculada Fernández López